Derrotas morales, triunfos reales; el Estado de Bienestar y el reto de las finanzas públicas

Derrotas morales, triunfos reales; el Estado de Bienestar y el reto de las finanzas públicas

*Requiere el gobierno una relación productiva con empresarios

*Los puentes rotos, un movimiento de reconstrucción nacional

*El petróleo, herramienta estratégica para una victoria duradera

UNA FRASE tomada de Benito Juárez fue la que para la mayoría de los medios impresos que se editan en la capital del país resultó la noticia a destacar del discurso que el domingo pronunció el presidente Andrés Manuel López Obrador: los conservadores “están moralmente derrotados”. Añadió a esa expresión que estos opositores “no han podido constituir una facción con la fuerza de los reaccionarios de otros tiempos”. La referencia sin duda fue a la segunda mitad de 1800.

En reiteradas ocasiones, AMLO se ha referido a la expresión de quien gobernó al país en la etapa de la Reforma y enfrentó la invasión francesa. “Es imposible, moralmente hablando, que la reacción triunfe”, habría dicho Benito Juárez, también recogida en su forma sintética: “el triunfo de la reacción es moralmente imposible”.

Ese dicho provocó, como era de esperarse, respuestas airadas de sus opositores. No se detuvieron, quizá, a reflexionar sobre las implicaciones del concepto: si bien es moralmente imposible que se establezca una victoria ética de lo que pudieran calificarse como conservadores o reaccionarios, esas fuerzas sí pueden imponerse en la práctica. Y ha sucedido.

De allí que lo que tendrá que importar al régimen lopezobradorista no es sólo un “triunfo moral”, sino el logro de sus metas en la transformación de la sociedad, la victoria fáctica; la realización en los hechos.

LO PRIVADO Y LO PÚBLICO

NO PARECE casual que el diario El País (Madrid) haya puesto énfasis en lo que consideró lo más relevante del informe presidencial: tender más puentes con el sector privado. Importa, entonces, consolidar la estructura económica del poder público pero sin chocar con los capitales privados. Para AMLO, el desafío está en volver a darle su poder de decisión al Estado para que las políticas gubernamentales no se vean sometidas a intereses privados; determinar el interés público es lo que causa polémica.   

Reseña el diario madrileño: “López Obrador dedicó gran parte de su informe a la economía y en esforzarse en disipar el mal ambiente entre los grandes capitales y su Gobierno. La relación, principalmente con inversionistas nacionales, vivió un golpe desde que el entonces presidente electo sepultó con una gigantesca palada de tierra las obras del nuevo aeropuerto de Texcoco, iniciado por el presidente Enrique Peña Nieto, del PRI”.

Pero también se destaca el reconocimiento que hizo el mandatario a los inversionistas Carlos Slim del Grupo Carso, a Carlos Salazar, del Consejo Coordinador Empresarial y Antonio del Valle, del Consejo Mexicano de Negocios. Dijo AMLO: “Los empresarios están cooperando con mayor compromiso social. Invierten, crean empleos y pagan sus contribuciones. Eso me mantiene optimista”.

Una de las claves para un gobierno exitoso, como usted sabe, es la economía, la disposición de recursos; más aún desde la perspectiva de un Estado con políticas para el bienestar público, que en un país como México requiere acudir a los subsidios para combatir la desigualdad.

Los recursos tienen que salir de la actividad productiva, privada o pública. En este último caso, López Obrador apuesta a un trato especial para la industria petrolera –extracción y refinación de hidrocarburos- los primeros tres años de su sexenio; de ahí se espera financiar el desarrollo en los últimos tres años de su mandato. Y, si logra consolidar la denominada Cuarta Transformación para que continúe más allá de los seis años, un Pemex fortalecido será fundamental.

METAS AMBICIOSAS, TIEMPO CORTO

EN SU DISCURSO en Palacio Nacional, López Obrador dijo que era “un orgullo informar que por primera vez en 14 años detuvimos la caída progresiva en la producción de petróleo. En 2018 esa producción disminuyó en 200 mil barriles diarios y en 9 meses que llevamos en el gobierno no hemos perdido producción; por el contrario, en diciembre contaremos con 50 mil barriles diarios adicionales”. ¿Alcanzará ese ritmo para llegar a la meta propuesta de superar los 2 millones de barriles diarios?, en la petrolera sostienen que sí.

Afirmó también el mandatario federal que “se están rehabilitando las seis refinerías del país y, en lo que va del presente año, la producción de estas plantas aumentó del 32 al 42 por ciento de su capacidad. Asimismo, ya se licitó y se otorgaron los contratos a las empresas que han comenzado a construir la nueva refinería de Dos Bocas, Paraíso, Tabasco”.

Como usted sabe, se calcula que la nueva refinería comenzaría a entregar sus primeros procesados en 2022. De esta manera, la política de refinación descansa en esta primera etapa en la reconfiguración y rehabilitación de las seis factorías existentes para lo cual se destinarán 25 mil millones de pesos. Rocío Nahle, secretaria de Energía encargada del proyecto, asegura que también en el 2020, las seis plantas operarían al 90% de su capacidad. Tarea compleja si tomamos en cuenta que la planta de Ciudad Madero, por ejemplo, estuvo parada seis meses y se logró temporalmente reactivarla al 20% de su capacidad.

En su primer informe entregado al Congreso, AMLO explica que en Pemex Exploración y Producción se impulsó el desarrollo con la asignación de 48,000 millones de pesos, en el 2019, para la explotación de 20 campos de reciente descubrimiento, 16 en aguas someras y cuatro en áreas terrestres. Al mes de junio se perforaron 101 pozos de exploración y extracción.

AL MARGEN

LA APUESTA es muy alta. Son tres años de inyección de recursos para luego obtener ganancias. Entonces, no hay que gastar pólvora e infiernitos. (vmsamano@hotmail.com)