Desigualdad, principal problema del país; ¿ausente en las campañas?

Desigualdad, principal problema del país; ¿ausente en las campañas?

*Pesa más que la inseguridad, la corrupción, el desempleo

*Uno por ciento concentra la tercera parte de la riqueza nacional

*Democracia de calidad, con mejores condiciones de vida

SI USTED pregunta a los candidatos a los diversos cargos de elección, y si consulta las propuestas de campaña, prácticamente todos señalan que los problemas centrales de México son la inseguridad, la violencia y el desempleo. Otros más agregan como preocupación central la corrupción. Inclusive llama la atención que hay quienes han colocado como dilema central decidir entre la continuidad de un modelo “modernizador”, y una ruptura que representaría el “regreso al pasado” (Luis Rubio, Reforma, 24 de junio 2018).

Una encuesta del INEGI -instituto nacional de estadística-, reportó en marzo pasado que durante 2017 la inseguridad fue reportada como la mayor preocupación de los mexicanos, ocupando el segundo lugar la corrupción; en el tercer escalón se ubica como problema nacional el desempleo. Pero…

IGUALDAD SÓLO APARENTE

UN RECIENTE estudio dado a conocer por investigadores del Colegio de México (Colmex), nos dice que en realidad el mayor problema del país es la desigualdad. En la conocida obra “La rebelión en la granja”, de George Orwell  (1946), el mandamientos predominante de los insurrectos fue que: “Todos los animales son iguales, pero algunos son más iguales que otros”. Puede apreciarse la ironía, trágica en nuestra sociedad, en la que todos hablamos de la equidad…con un gran abismo entre la franja más pobre de la sociedad y la que concentra mayor riqueza.

En el informe el informe “Desigualdades en México 2018”, coordinado por Melina Altamirano y Laura Flamand con un equipo multidisciplinario se lee por ejemplo que: “En 2014, la probabilidad de que un niño recién nacido en Puebla muriera durante su primer año de vida era casi el doble que en Sinaloa. La mayoría de las viviendas de la Ciudad de México cuentan con acceso a los servicios básicos (agua potable, drenaje y electricidad), mientras en Oaxaca y Guerrero una tercera parte de las viviendas no disponen de estos servicios…”

La organización Oxfam había ya advertido que en casi dos décadas la brecha entre los mexicanos se incrementó de manera brutal. En 2017, el 1% de los mexicanos más ricos concentró el 28% de la riqueza del país. Los 10 mexicanos más acaudalados poseen el equivalente a los bienes y recursos del 50% más pobre en el país.

Durante la presentación del documento del Colmex dijo Ricardo Raphael: “El principal problema del país es la desigualdad”…y “el segundo mayor problema del país es la desigualdad”.

En el estudio se puede observar que la brecha en los salarios entre el grupo de mayor educación y el de menos escolaridad se ha cerrado a la baja. El grupo de altos estudios percibe sueldos más bajos que se acercan a los montos percibidos por los grupos de estudios menores. Esto es, que la escolaridad dejó de ser –desde hace décadas-mecanismos de movilidad social. Quizá por eso los reflectores sobre quien, de manera extraordinaria, logra una mejora en su condición económica gracias a sus estudios concentra los reflectores.

POBREZA ES DESTINO

ESTEFANÍA Vela, por ejemplo, destacó que existe un mito insostenible de la meritocracia. En efecto, uno de los lugares comunes es que “cada uno forja su destino”; pero resulta que no, que el entorno de pobreza y desigualdad determina cada vez más el futuro. Según esta investigadora, en México no debemos hablar de sino de “las desigualdades”; una serie de circunstancias que se entrecruzan y acumulan.

Cito a Sergio Aguayo, investigador y activista, quien lamentó la “pobreza intelectual” con la que en este proceso electoral los partidos han abordado el problema de la desigualdad . Pero también, señaló, existe una “insensibilidad de los poderes económicos”, frente a la tragedia del creciente empobrecimiento en el país. En la obra se busca también distinguir la desigualdad de la pobreza.

Esto me recuerda, a propósito de las elecciones próximas, la calidad de nuestra democracia. Bien se dice que no todos los votos tienen el mismo valor, porque unos “pesan” más que otros. Lo hemos visto en el proceso electoral.

Decía el estudioso Fernando Vallespín que “se le pide demasiado a la democracia”, porque la gente espera que este sistema mejore sus condiciones de vida. Sin embargo, la democracia debe garantizar un piso básico para el desarrollo de las comunidades y las personas. Lo contrario sería suponer que el esquema neoliberal –otra etapa del capitalismo concentrador-, resulta de un “orden natural”, y no construcción a partir de intereses.

AL MARGEN

MAÑANA cierran campaña los candidatos a la gubernatura Adán Augusto López Hernández, de la coalición encabezada por Morena (más Partido del Trabajo y Encuentro Social), y Gerardo Gaudiano Rovirosa, del Frente tripartida liderado en Tabasco por el PRD (más Movimiento Ciudadano y Acción Nacional). Cada uno de ellos ha estado realizado “cierres regionales” y municipales, como lo hace también Georgina Trujillo Zentella del PRI.

Al acto de Adán Augusto acudirá Andrés Manuel López Obrador, quien el mismo miércoles encabezará en la Ciudad de México el término de su campaña nacional. Como se sabe, las encuestas colocan a los dos abanderados de Morena como punteros en la intención del voto. Sus adversarios sostienen que es posible modificar esas tendencias. Éstas se han mantenido desde el inicio del proselitismo.

En la contienda por la Presidencia, el panista Ricardo Anaya Cortés realizó un acto central el domingo; también hizo lo propio José Antonio Meade, del PRI. Sólo quedará esperar el resultado de las urnas.