Deslindes necesarios

Tiene razón el presidente López Obrador al reclamar que los críticos de la deriva autoritaria de su gobierno no se deslinden con claridad de aberraciones

Tiene razón el presidente López Obrador al reclamar que los críticos de la deriva autoritaria de su gobierno no se deslinden con claridad de aberraciones como las que dijo el escritor Francisco Martín Moreno, en un programa radiofónico de Pedro Ferriz .

Dijo ahí Martín Moreno: “si se pudiera regresar a la época de la Inquisición, yo colgaba, no, no colgaba: quemaba vivo a cada uno de los morenistas en el Zócalo capitalino” (https://bit.ly/3lilR3X).

Es la declaración de odio mayor que hayamos escuchado, de un personaje público, en un medio público, en esta temporada favorita de discursos de odio.

No sé si Martín Moreno es consciente de las implicaciones genocidas de su expresión: la propuesta de quemar vivos a morenistas por el hecho de serlo. Ha dicho con ligereza una cosa terrible sobre la que ha emitido una insustancial disculpa pública, sugiriendo que su obra demuestra que no piensa lo que dijo.

En todo caso, aquí está mi deslinde: todo lo que pueda haber de discurso democrático en el escritor Martín Moreno queda manchado por esta declaración de intenciones aberrante, del todo intolerable para cualquier pensamiento democrático y para toda crítica pública del autoritarismo.

Es la peor declaración de odio que hemos oído de un escritor conocido. Pero hay muchas más en nuestro ambiente caldeado. Yo leo cosas similares muchos días en mi cuenta de Twitter, deseándome o prometiéndome la muerte, de parte de seguidores del Presidente.

No he escuchado al Presidente deslindarse de esos otros discursos de odio que, comprobadamente, vienen de sus redes de simpatizantes.

Tampoco le he escuchado deslindarse de las declaraciones de Paco Ignacio Taibo II, su director del Fondo de Cultura Económica, diciéndonos a Enrique Krauze y a mí: “más les vale que se queden en su esquina o que vayan cambiando de país” (https://bit.ly/3nhkbti).

La diferencia entre los dichos aberrantes de Martín Moreno y la amenaza de exilio de Taibo II, es que Martín Moreno no puede cumplir sus intenciones, pero el gobierno de López Obrador, sí: puede acosarnos a Krauze y a mí, hasta hacernos salir del país.

Un deslinde presidencial en estas materias no vendría mal tampoco.