Desplaza corrupción a inseguridad en el discurso de las precampañas

Desplaza corrupción a inseguridad en el discurso de las precampañas

Escala Crítica

Desplaza corrupción a inseguridad en el discurso de las precampañas

*Las derrotas del tricolor en 2015 abrieron nuevo frente

*Va Javier Corral contra Beltrones; acusa presiones de SHCP

*Ricardo Anaya, un panista en territorio hostil tabasqueño

Víctor M. Sámano Labastida

LA CORRUPCIÓN y su combate son los temas que los precandidatos a la Presidencia han puesto en el centro de su discurso, junto a la inseguridad y el desempleo. Desde la campaña del 2006, Andrés Manuel López Obrador insistió en que sus propuestas de programas sociales podrían ser financiados con recursos obtenidos de la austeridad y el combate a la corrupción; recientemente el priista José Antonio Meade acusó al ex gobernador Javier Duarte de haber traicionado la confianza por ceder a su ambición. Ahora el PAN, con Ricardo Anaya, encontró en esta cuestión una veta redituable electoralmente.

El también abanderado del frente tripartita, que hoy estará en Tabasco, aprovechó su visita a Veracruz y la coincidencia de su itinerario con el de Meade, para colocar el dedo en la llaga abierta por Duarte de Ochoa. Otro Duarte, el ex gobernador de Chihuahua y también a quien el PRI le abrió un proceso de expulsión, está en la mira del PAN por conducto del mandatario actual Javier Corral Jurado.

La indagatoria de Chihuahua tiene también otro giro: la acusación de Corral sobre el presunto uso electoral de las facultades de la Secretaría de Hacienda, hecho que de inmediato desmintió la dependencia de José Antonio González Anaya. Un frente abierto en la contienda del 2018.

LAS DERROTAS ENSEÑAN

RECORDEMOS la oleada de derrotas que sufrió el PRI en los comicios para gobernador en 2016: la oposición se quedó con siete de las 12 entidades en disputa. Entre estas, cinco en las cuales no había existido alternancia: Durango, Quintana Roo, Tamaulipas y Veracruz.  Con ese registro, el tricolor perdió el control administrativo del 54 por ciento del país. “Tenemos que saber qué pasó”, dijo un apesadumbrado Manlio Fabio Beltrones, entonces dirigente nacional del PRI, quien apenas unos días después de los comicios se vio obligado a renunciar.

Aquellas derrotas obligaron al tricolor a colocar el combate a la corrupción en su agenda prioritaria. Para algunos apariencia, para otros real; pero el nuevo dirigente Enrique Ochoa anunció procesos de denuncia y expulsión contra militantes infractores. Son demasiados intereses los que se entrecruzan en la maraña del desvío de recursos públicos. Como escribió Juan Pardinas, director del Instituto Mexicano de la Competitividad: la corrupción no es un problema para el viejo sistema, sino es precisamente su solución; no se puede concebir una estructura tal sin un esquema de complicidades.

Es precisamente el sonorense Beltrones, quien renunció por las derrotas del 2016 -aspirante a la candidatura del PRI para 2012 y 2018-, el que ahora está bajo sospecha y en medio de un fuego cruzado en relación al presunto desvío de recursos. Tanto que tuvo que tramitar un amparo contra una posible orden de aprehensión en las indagatorias de uso ilegal de dinero público en la campaña electoral de Chihuahua. Se estima un desvío de poco más de 240 millones de pesos.

Como paradoja, rival de Ricardo Anaya en la contienda por la dirigencia nacional panista, el actual gobernador de Chihuahua, Javier Corral, quien abrió el expediente que ahora involucra a Beltrones Rivera y que servirá de eje para la campaña frentista. Sin embargo, el caso de Chihuahua puede ser apenas la punta de una madeja; porque, como le decía líneas arriba, en 2016 fueron 12 elecciones para gobernador, pero de esos estados en nueve despachaban mandatarios priistas.

Resulta evidente que la actual estrategia del PAN es mover el tablero de la contienda a nivel nacional: busca evitar que la competencia por Los Pinos se polarice entre el PRI y Morena, para poder colarse a la final, de allí remontar al tricolor.  Las diversas encuestas, con todo el sesgo que puedan tener, marcan un hecho irreversible: López Obrador estará en la pelea y sólo queda por definir quién será su rival, a menos de que logren establecer una elección a tercios.

GANAR LA PLAZA

INTERESANTE será observar la presencia en Tabasco de Ricardo Anaya Cortés, ex dirigente nacional del PAN, en su papel de aspirante a la precandidatura presidencial del Frente tripartita. Como usted sabe, el electorado tabasqueño ha sido muy reacio al mensaje del blanquiazul; hasta el 2012, la polarización de las fuerzas políticas mantuvo la contienda por el poder entre PRI y PRD. En el 2015 observamos una diversificación de la votación, lo que favoreció a pequeños partidos como el PVEM y al naciente Morena.

En principio, Ricardo Anaya consiguió ya ser oficialmente el precandidato único del Partido Acción Nacional a la presidencia de la República. Falta que se formalice la nominación, pero al vencer el plazo de registro de aspirantes en la interna de ese partido nadie más se anotó.  Inicialmente expresaron su interés Rafael Moreno Valle,  Juan Carlos Romero Hicks, Luis Ernesto Derbez y  Ernesto Ruffo, quienes declinaron a favor de Anaya. Por lo que toca a Margarita Zavala, cabeza visible de la corriente que encabeza Felipe Calderón, abandonó su partido para intentar la vía independiente.

Los acuerdos del Frente -firmados por el propio Anaya, Alejandra Barrales del PRD y Dante Delgado del MC-, determinaron que la candidatura presidencial de la coalición fuera para el partido con mayor presencia nacional, en este caso el blanquiazul. ¿Cómo será recibido por los solaztequistas ahora en Tabasco? (vmsamano@yahoo.com.mx)