Domingo de ramos y revocación del mandato

Quienes no comulgan con los programas de combate a la corrupción

Poner en práctica un proceso de revocación del mandato en la figura del Presidente en México resulta para algunas personas alarmante, pues en la mente de quienes hoy se rasgan las vestiduras por la democracia a la mexicana, continúa latente el modelo de gobierno en el que han vivido y disfrutado hasta antes del nuevo régimen. Para muchos de ellos la población es cosa menor, lo primero es el poder, pináculo de los negocios y su mágica democracia. Reza un dicho: “Dime de qué presumes, y te diré de qué adoleces”. Díganme si no, pues reclaman que hoy la política se hace con estrategias de comunicación, con un sentido de conexión emocional, ya no con programas, propuestas y menos con ideologías.

Cuando el dolor es grande hay quienes piensan que cualquier yerba que te den puede curarte. Así parece ser el pensamiento de los que venden fórmulas milagrosas y tratan de hacérnoslo creer con su retórica. Que la verdad es suya, de quienes han provocado los niveles de pobreza en las que vivimos millones de mexicanos, y la desastrosa condición en la que han dejado al país con contratos y convenios ventajosos favorables a los extranjeros. 

Quienes no comulgan con los programas de combate a la corrupción, la puesta en marcha de obras dentro del mismo periodo de gobierno, la entrega de apoyos a discapacitados, estudiantes y personas de la tercera edad, el incremento a los salarios mínimos y técnicos, la eliminación del outsourcing, la rehabilitación de hospitales, la construcción de una refinería, o que estemos a punto de dominar la pandemia del COVID –19, etc. etc., claro que les queda muy grande el espejo.

No entiendo cómo es que ahora manifiestan preocuparse por dineros del pueblo. Para ellos resulta que gastar en la revocación del mandato no es un ejercicio válido, es un acto de propaganda y ensayo político, que solo servirá para ver la fuerza con la que cuenta Morena de caras a las elecciones próximas por venir, sobre todo la del 2024.

Que para que se de este ejercicio debió existir una solicitud de parte de la sociedad. Y entonces, ¿qué fueron los millones de solicitudes y firmas que se entregaron al INE? Pues entonces le rascan por otro lado: que si la consulta no alcanza el 40% de participación del padrón electoral (94.6 millones de ciudadanos) esta no será vinculante; nos quieren dar a entender que si no votamos 37.8 millones de votantes del padrón electoral actual, el ejercicio no tendrá valor alguno. En otras palabras, si no vota el 66.8 % de quienes participaron en el 2018, o lo que es lo mismo, si no vota el 25.5% más de los 30.11 millones que votaron por AMLO cuando ganó, el ejercicio carecerá de valor. Así el enfoque electoral de estos defensores de la democracia “a la mexicana”.

De antemano sabemos que su propósito es solo el poder, y si no le pegan a la bola cuando menos la machucan. Así su ideario, desde luego que cuando ellos lanzan la pelota viene ensalivada; a decir de lo que difunden, no solo les molesta el gasto que se genera, lo que les preocupa es  que Andrés Manuel pueda retener el poder en las elecciones del 2024 y para que ello no suceda, piden a la población abstenerse de votar y NO se alcance la participación del 40%. Para que el “siga el presidente" sea un triunfo pírrico y sin ninguna consecuencia vinculante, se arroje al olvido y quede el antecedente de cómo se tira el dinero público. Tales sus argumentos.

Así que usted estimado lector, si cree que nuestro paisano está haciendo las cosas mejor que los gobiernos que le anteceden, que mejor que limpiar el camino a la democracia como en su momento los hicieron con las palmas el pueblo de Jerusalén, un Domingo de Ramos como el que está programado. Para sembrar en nuestra historia el ejercicio de la revocación del mandato del presidente y que quienes ocupen este importante encargo en el país sean sujetos de su remoción cuando no respondan a los intereses de la nación. Abstenerse es dejar la puerta abierta a la corrupción.  Es el momento de participar.