Dos Personajes: Camus Y Neruda

El extranjero es una novela de Albert Camús, filósofo francés Premio Nóbel de Literatura 1957

El extranjero es una novela de Albert Camús, filósofo francés Premio Nóbel de Literatura 1957, que describe a un individuo escéptico e  indiferente de la realidad, que no cree en Dios y desprecia a la muerte al grado de no importarle su propia ejecución. Un extranjero en nuestro mundo.

Camús fue compañero de Jean Paul Sartre y se le liga a la filosofía del absurdo o del existencialismo, aun cuando siempre rechazó pertenecer a alguna de estas corrientes del pensamiento.

La obra es una denuncia contra una sociedad que olvida al individuo y está creando seres robots que no participan en las grandes decisiones  de su mundo, frente al cual permanecen indiferentes.

Camús nos pinta a un ciudadano argelino francés  totalmente despegado del punto de vista emocional del mundo que lo rodea, y que antes de su ejecución da muestras finalmente de cierto apasionamiento al defender su opinión de que la vida es absurda y carece de sentido,  y que Dios no existe.

La novela describe a un personaje  al que la realidad le resulta absurda e inabordable, ya que el progreso tecnológico  le ha privado de la participación en las decisiones colectivas y le ha convertido en un “extranjero”  dentro de lo que debería ser su propio entorno.

El personaje  de la novela, jamás se manifiesta ni contra su propia ejecución, ni muestra sentimiento alguno ni de justicia ni de arrepentimiento o lástima.  Muestra siempre pasividad y escepticismo frente a todo y a todos con un sentido apático de la existencia y  aún ante la propia muerte.

La obra nos habla de  la carencia  de valores del hombre, degradado por el absurdo, al que ni el matrimonio, ni la amistad, ni la superación personal, ni la misma muerte, tienen la suficiente importancia  ante la angustia existencial de este antihéroe.

Pero para Camús, esta visión del mundo no es necesariamente lóbrega y pesimista. En realidad piensa que es una fuente de paz.

Y yo, en ocasiones, me considero un extranjero en un mundo tan corrompido y materialista.  Pero cada amanecer me trae nuevos rayos de esperanza.

PABLO, EL ICONOCLASTA

Así como Rubén Darío, el artífice del modernismo, editó a los 21 años de edad su inmortal Azur, escrito poco antes, Pablo Neruda a los 19 años trasciende los tiempos con sus “Veinte poemas de Amor y Una Canción Desesperada”, un verdadero ícono de la poesía de todos los tiempos.

El adolescente Neftalí Ricardo Reyes Basoalto ya escribía poemas a los 10 años, que enviaba con el seudónimo de Pablo Neruda, para esquivar los regaños de su padre, seudónimo que más tarde legalizó y lo hizo propio.

Llevó una vida de trotamundos, con fama,  popularidad, y reconocimientos,  pero también con sombríos períodos exilio y persecución. Fue estigmatizado y acosado por la CIA, y paradójicamente miembro de la Academia Estadunidense de las Ciencias y las Artes, a pesar de su participación activa como comunista declarado.

Siempre gran admirador de José Stalin, en el que veía al tratadista filosófico y al constructor de la Unión Soviética y del socialismo, más que al troglodita criminal que nos pintaba  la propaganda norteamericana.  Miembro del Comité Central del Partido Comunista, recibió Doctorado de la Universidad de Oxford y pese a oposiciones derechistas el Premio Nobel de Literatura 1971, entre otros muchos reconocimientos.

Una larga carrera  diplomática como  Cónsul  en países asiáticos, europeos y en México, donde publicó su memorable Canto General, que inmediatamente fue traducido a diez idiomas. Y  terminó como Embajador de Chile en Francia.

Participó activamente en la Guerra Civil española tras el asesinato de su amigo Federico García Lorca, y posteriormente desde Francia donde escribió “España en el Corazón”, y documentó una gran emigración española a Chile. En España conoció a Octavio Paz y se hicieron amigos, aun cuando posteriormente se pelearon en México por cosas ideológicas, Paz escribió: “Musito el nombre de Pablo Neruda  y me digo, lo admiraste, lo quisiste, y lo combatiste. Fue tu enemigo más querido.”

En 1954 dona a la Universidad de Chile  su biblioteca, 5,107 tomos, 8,400 caracolas, y otras colecciones. En 1969 el Partido Comunista lo nombra candidato a la Presidencia de Chile y renuncia en favor de Salvador Allende, que se convierte en candidato único. Allende  lo nombra Embajador en Francia.

Tras el golpe de Estado del chacal Pinochet, Neruda enfermo fue trasladado a una clínica de Santiago, donde  el asistente personal del poeta Manuel Araya declaro que había sido asesinado mediante una inyección letal.  Finalmente la CIA cumplía su sentencia con la zarpa sangrienta del traidor Pinochet.

Pablo Neruda fue sepultado en el Cementerio General de Santiago ante una pequeña multitud que, rodeada de soldados con metralleta, entonó La Internacional y vivas a Allende. Terminando la ceremonia, los que no pudieron huir, pasaron a engrosar la lista de desaparecidos en aquel trágico septiembre. La casa de Neruda fue saqueada y sus libros quemados.

En 1992 los restos del poeta fueron exhumados y llevados a su casa de Isla Negra, donde persiste un museo administrado por la Fundación Pablo Neruda.