La educación es responsabilidad de todos, no solo de la escuela

SEGUIRÉ INSISTIENDO e insistiendo que es la educación la única ruta para rehacer el tejido social

SEGUIRÉ INSISTIENDO e insistiendo que es la educación la única ruta para rehacer el tejido social. Y uno de mis planteamientos es que la educación no es solo responsabilidad de la escuela. Los alumnos aprenderán dentro y fuera de la escuela, y quizá más afuera. Y la mejor condición para que aprendan los alumnos es despertarles el amor por el conocimiento y por la vida. Por eso he planteado que se debe educar con un elemento adicional o paralelo, que son los modelos y las historias. Otro tema son las lecturas libres, de la que también seguiré insistiendo.


RECUERDO BIEN cuando terminé la secundaria. El director era un educador verdadero. Yo andaba descalzo jugando en las tardes (el turno escolar era matutino) en la cancha de basquetbol de la escuela. Llegaba él también algunas tardes. Me llamó y me dijo: "Antonio: mañana quiero que vayas a la dirección, quiero platicar contigo. Yo estaba nervioso por ignorar la razón de citarme en la dirección. Al día siguiente en un espacio entreclase que era de diez minutos, fui. Y me preguntó en qué trabajaba mi papá y mi mamá. "Te voy a dar una beca federal para que recibas una mensualidad para tus estudios". Yo no la pedí. Mis padres tampoco. Él veía quiénes necesitaban con urgencia una beca.


EN LA CEREMONIA de clausura (o graduación) de esa misma secundaria, el director leyó el poema alentador "Si", de Rudyard Kipling: " Si puedes conservar la cabeza/ cuando a tu alrededor todos la pierden y te echan la culpa;/ si puedes confiar en ti mismo/ cuando los demás dudan de ti,/ pero al mismo tiempo tienes en cuenta su duda;/ si puedes esperar y no cansarte de la espera,/ o siendo engañado por los que te rodean, no pagar con mentiras,/ o siendo odiado no dar cabida al odio,/ y no obstante no parecer demasiado bueno, ni hablar con demasiada sabiduría…/"


YO NO OLVIDO el mensaje de ese poema. Yo tenía 15 años y lo escuché, lo comprendí, me abrigó en mis momentos más difíciles, económicos, cuando no hay ni para el pasaje ni pagar el refresco a la novia; cuando en el frío de 0 grados centígrados en invierno  caminaba cinco kilómetros en la noche de la escuela Normal a mi casa, me repetía en silencio, tiritando de frío: "si todo en tu camino es cuesta arriba, date una tregua, pero no desistas". Los versos de Kipling en voz del maestro Filemón, seguían resonando impulsándome a no desistir.


SIN DUDA, CUENTOS, historias y modelos de lucha, de no desistir, son necesarios, en la reflexión dentro del aula para construir el piso de valores , junto con los conocimientos de la materia, para forjar personas reflexivas, analíticas, que no abandonan lo que hacen solo porque les parezca difícil, y muchas veces imposible. A uno de mis maestros de español de la misma secundaria le escuché el poema El sembrador, de Rafael Blanco Belmonte, que refiere al viejo que siembra árboles que van a crecer y dar sombra en muchos años, ya cuando él no exista, y el niño le pregunta la razón, tildándolo de loco: 


..."¿POR QUÉ TANTOS afanes en la jornada/ sin buscar recompensa?", dije./ Y el loco murmuró, con las manos sobre la azada:/ "Acaso tú imagines que me equivoco;/ acaso, por ser niño, te asombre mucho/ el soberano impulso que mi alma enciende;/ por los que no trabajan, trabajo y lucho;/ si el mundo no lo sabe, ¡Dios me comprende!/ »Hoy es el egoísmo torpe maestro/ a quien rendimos culto de varios modos:/ si rezamos, pedimos sólo el pan nuestro. ¡Nunca al cielo pedimos pan para todos!..." (El tema sigue, gracias por acompañar la lectura)