El amor en los tiempos del COVID
03/02/2022
En un acto de fe cristiana y religiosa
Febrero el denominado mes del amor y la amistad, comprende el día en que se celebra el santo de “San Valentín”; fecha utilizada por el comercio y los enamorados para hacer una de las celebraciones más entusiastas entre los jóvenes y las parejas de enamorados.
El catorce de este mes varios países del mundo con gran entusiasmo y alegría celebran el Día del Amor y la Amistad; en realidad este es un día muy especial pese a la creencia de su origen comercial. Cuenta la historia que, en el siglo III en Roma, Italia, se ejecutó la sentencia de Claudio Segundo, Emperador del imperio Romano, en contra del sacerdote Valentín quien había desobedecido el Decreto que negaba el matrimonio entre jóvenes.
Historia que se remonta al año 270 del siglo III en Roma, cuya festividad es asimilada por la iglesia católica al tratarse de la muerte de un sacerdote que se opuso al Emperador Claudio II, quien había prohibido la celebración de matrimonio para jóvenes, por considerar que estos al no tener familia eran mejores soldados, ya que tenían menos ataduras y vínculos sentimentales.
En un acto de fe cristiana y religiosa, comenzó a celebrar en secreto matrimonio para jóvenes enamorados, es de ahí que se popularizó que San Valentín sea el patrono de los enamorados.
Al enterarse Claudio II de estos actos, sentencio a muerte al sacerdote para el 14 de febrero del año 270, alegando desobediencia y rebeldía. De ahí la celebración en esta fecha.
Además, como curiosidad, en cuanto a la comercialización de esta celebración, la primera reseña que existe es la que señala la norteamericana Esther A. Howland como la precursora de la venta de tarjetas regalo con motivos románticos y dibujos de enamorados que ideó y realizó a mediados de década de 1840. Unos productos que se vendían por unos centavos en la librería que regenteaba su padre en Worcester (Massachusetts) mismas que se convirtieron en todo un éxito.
¿Veremos este catorce de febrero el éxito comercial en que se había convertido la celebración de San Valentín antes de la pandemia? o ¿El Ómicron aguará la fiesta a los comerciantes y prestadores de servicios en el estado?
No me aventuro a inclinarme por alguna de las dos opciones anteriores. Los contagios de la variante de rápida propagación, el cierre de establecimientos, la pérdida de empleos, el precio elevado de los productos y los gastos escolares de los padres por el regreso a clases, pueden ser el freno a una mayor celebración de este fantástico día.
La decisión de la población para la festividad está en el campo de los consumidores y las estrategias de la mercadotecnia en los tiempos del COVID-19, puede que la celebración se dé con un mayor recato, el gasto sea reducido, focalizado en algunos productos y servicios, o limitado a un ámbito familiar.
El termómetro se medirá este dos de febrero en la celebración de la Candelaria, cuando miremos qué tan dispuesta está la gente en efectuar celebraciones y reuniones ante los contagios y efectos del Ómicron. Esperemos que no salgan tan afectadas las empresas y comerciantes que preparan estas fechas con la ilusión de una mayor derrama y continúe la recuperación de la actividad económica. Son tiempos de una nueva normalidad, veremos cómo ocurre el proceso de adaptación.
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