El armamento policial y la seguridad

El armamento policial y la seguridad

Cartas del Trópico

El armamento policial y la seguridad

Juan de la Cruz

Durante muchos años se mantuvo la versión que al crimen no se le enfrentaba porque las bandas criminales tenían mejores armas que las corporaciones policiacas, e incluso sostenían que “ni el  mismo Ejército”, contaba con poder de fuego para enfrentarlos.

Información que afortunadamente fue sustituida paulatinamente en la medida que se ha capacitado y modernizado el armamento de los agentes estatales y municipales. A la par se fueron integrando corporaciones federales y de la defensa nacional en tareas de seguridad pública.

Con una indispensable coordinación, poco a poco las entidades fueron creando o consolidando un sistema de seguridad dotado de armas con mayor capacidad que la que porta fundamentalmente la delincuencia organizada. Lo mismo se puede afirmar de la capacitación y la paulatina depuración de las fuerzas policiacas.

En el caso de Tabasco, se conoce el proceso en el que siguen trabajando las autoridades estatales encabezadas por el gobernador Arturo Núñez Jiménez. Apenas el jueves reciente el mandatario hizo entrega de un mil 650 armas automáticas largas y cortas, 33 vehículos tácticos y 12 mil uniformes inteligentes, 183 mil cartuchos, 637 chalecos antibalas, 250 cascos operativos y 330 máscaras anti-gas, para las corporaciones estatales y de los municipios de Balancán, Teapa y Tenosique. Recordemos que la acción en los municipios es fundamental para la prevención y el combate a la delincuencia a ras de tierra.

El armamento entregado permite reforzar las tareas de vigilancia en zonas que la misma policía ha detectado problemas de inseguridad y con la que seguramente se busca disuadir y prevenir los delitos que amenacen a la población civil.

Es importante reconocer que los agentes policíacos merecen mejores salarios y un seguro de vida en caso de muerte, como todos los servidores públicos que proporcionan un servicio a la sociedad. Un pendiente que constantemente se aplaza por falta de fondos públicos. Sin embargo, mucho se ha avanzado en este aspecto a pesar de los recortes presupuestales.        

Desafortunadamente los opositores al gobierno de la alternancia usan la inseguridad como bandera electoral –y lo veremos en estas campañas-, sin medir el daño que causan a la población, ni las consecuencias inmediatas al crearse ambientes hostiles y de confrontación entre la gente; lo que ha llevado a los ciudadanos a armarse en sus domicilios, en sus unidades motrices, a practicar linchamientos, y a promover todos tipo de delitos. También se manda un mensaje equivocado cuando se insiste en la debilidad policiaca, porque se “empodera” a los malosos.

Como bien se ha dicho, no debe ganarnos la desesperación. Sí exigir el cumplimiento cabal de las tareas de seguridad, pero de la misma manera las familias y las comunidades tienen que poner de su parte en materia de prevención y precaución. Por supuesto que todo en el marco de la Ley, nada por encima de la Ley. La norma debe ser aplicada incluso –y con mayor razón-, a a aquellos que desde una posición política, agitan a la población, promueven y alientan actividades y actitudes criminales.   

Podría decirse que este año, sin distraerse en las elecciones que corresponden a partidos y ciudadanos, veremos un mejor resultado de las acciones gubernamentales. El propio Núñez Jiménez ha dicho que reconociéndose el combate a la delincuencia con el mayor desafío, no se bajará la guardia en esta delicada área. Son las instrucciones que ha recibido el titular de Seguridad Pública (SSP), Jorge Alberto Aguirre Carbajal. Una buena noticia es que en Tabasco prácticamente se han erradicado las bandas del narcotráfico. Ahora toca atender la cruzada contra la delincuencia común.

POSTDATA

Precisamente en tareas de prevención y recuperación de la seguridad pública, son bienvenidas las acciones para emplear y orientar a los jóvenes. Este es un sector vulnerable al reclutamiento delictivo. Hay que ofrecer a la población quehaceres productivos y positivos.