El concurso de popularidad

El concurso de popularidad

NOTA BENE

El concurso de popularidad

Hemos confundido el sentido del concepto POLITICA (con mayúsculas) en Tabasco. Muchos parecen creer que los más tramposos, los que más grillan, los que más zancadillas ponen, los que más gastan, los que más regalan laminas y pollitos son los “gallos”, los “buenos”. Parece un concurso de a ver quién la tiene más grande, (la cuenta corriente), que impide el debate de iniciativas e ideas que mejoren la vida de los ciudadanos. Festinamos cuando se cae la carrera política de algunos, y estamos a la expectativa de ver, con morbo exacerbado, quienes resucitan después de haber sido golpeados por uno u otro acontecimiento. No nos leemos los programas de los candidatos, que a su vez no plantean en términos claros y entendibles cual es su plan de trabajo, o su oferta de campaña, porque en la mayoría de los casos no los tienen. Y plantean las elecciones como un concurso de popularidad y no de ideología o promesas de campaña que redunden en el bienestar de los tabasqueños. Hemos ensuciado el destino de la democracia, que es el de tener un escenario en el que escuchar opiniones y valorar los proyectos a futuro que, desde la tribuna de un partido político, o ahora desde la independencia de los institutos partidistas, nos ofertan los candidatos. Política es el arte de concretar lo posible, con acuerdos sociales amplios, para adoptar las medidas necesarias que conduzcan a la más amplia mayoría de la población al bienestar. Desgraciadamente solo escuchamos diatribas, insultos y descalificaciones del adversario convertido en enemigo.