El coronavirus nos enseñó el valor de los abrazos

Los seres humanos difícilmente podremos vivir aislados, y esto impacta en la salud emocional de las personas

Los seres humanos difícilmente podremos vivir aislados, y esto impacta en la salud emocional de las personas. Así como un dardo en el blanco, certero, es como lo señala el psicólogo Julio Sarracino.

Sobre algunas de las restricciones que el propio coronavirus prohibió al ser humano, está el distanciamiento, pero no social, aclara el especialista, sino físico, porque erróneamente se maneja mal el concepto.

“Los seres humanos por naturaleza somos sociables, estamos acostumbrados a vivir en manada, y en este momento por el resguardo en el hogar impacta, porque se extrañan los abrazos, o chocar las manos, por ejemplo”.

Detalló que los abrazos traen beneficios para las personas como el crear confianza y seguridad, reduce los sentimientos de enojo y apatía, favorece la felicidad, y esto deriva porque a nivel del sistema nervioso central hay una segregación de sustancias como es la serotonina, la cual ayuda a que las personas tengan un mejor estado de ánimo.

Pero como estamos en pandemia, y alejados de los abrazos, existen riesgos de cambio de carácter, lo cual suele ser hasta normal.

“Sin embargo, esto no impide que haya conexión, porque para eso están otras alternativas como las miradas, gestos, palabras de aliento, acciones positivas, se trata de estar presente afectivamente, eso contribuye a que la persona sienta seguridad”.

El experto reiteró que es necesario mantenerse en casa, seguir con las rutinas que se han tenido siempre como el respetar los horarios de dormir y despertarse.

“Realizar alguna clase de ejercicios, darnos tiempo, incluso para no hacer nada, porque no necesariamente tenemos que leer más, aprender una nueva actividad, ordenar la casa, tomar un curso en línea, no se trata de hacer un cambio radical en nuestra vida, también aprovechemos el momento para estar tranquilos, quedarnos acostados por un momento y cerrar los ojos, reír, reflexionar, porque también no hacer nada es hacer mucho con nuestra salud mental”, puntualiza.

Esta pandemia viene a darle un nuevo giro al mundo, y si el mundo ha cambiado, nosotros igual debemos hacerlo, porque es una gran oportunidad para hacer algo diferente.

Quizás ahora más que nunca podemos entender el valor de los abrazos, ese acercamiento que denota cariño y respeto, y desafortunadamente se encuentra a la distancia.

Tampoco quiere decir que esté con las maletas en mano. El abrazo tendrá que ser paciente para esperar, y regresar con más euforia, quizás hasta las lágrimas, y sin cansancio, porque habrá energía acumulada.

Esperemos un poco más. Cooperemos en esta cuarentena para poder salir pronto del problema.

Nada mejor que los afectos. Nada mejor que reír cuando se pueda. Soñar cuando se permita, y refugiarse en los seres queridos para volver a empezar, quizás desde cero, pero con la esperanza de seguir vivos.

PARÉNTESIS

Beneficiarios del programa federal Sembrando Vida, de la Villa Ignacio Allende, municipio de Centla, Tabasco, decidieron sumarse en apoyo a quienes más lo necesitan en esta emergencia sanitaria por el COVID-19 y donaron parte de sus cosechas. Los campesinos regalaron camotes, calabazas, plátanos, yuca, frijol negro y blanco, entre otros productos cosechados en esa localidad. La aportación se sumó a despensas, mismas que se entregaron a personas de la comunidad de escasos recursos. (kundera_w@hotmail.com)