¿El coronavirus nos hizo olvidar el consumismo?
28/04/2020
El filósofo Diógenes fue un hombre que se conformó con casi nada de la vida. Su austeridad fue extrema y alejada de las normas sociales. Demostró que el hombre podía vivir solo con lo justo y necesario.
Para Diógenes no había término medio. Todo aquello que no fuera necesario era superfluo, y todo lo superfluo, por consiguiente, un lastre para alcanzar la plenitud de la vida.
Su objetivo era bien claro: deshacerse de todo deseo que degenerara en dependencia. Pero la gracia está en que esa disciplina feroz consigo mismo no acababa en su propia persona, sino que desarrolló la voluntad de señalar esas faltas también en los demás, y eso es lo que lo convirtió en uno de los personajes más fascinantes, revolucionarios e irónicos de la antigua Grecia.
¿El coronavirus nos debe agitar un poco la conciencia? ¿Cómo podemos vivir con lo que se tiene ahora? ¿Será que al fin encontramos el valor de cada cosa en el hogar?
Por la pandemia lo mejor es quedar en los hogares, señalan los expertos, y esa acción nos ¿obliga a olvidarnos del consumismo?
El sociólogo Zygmunt Bauman comienza por definir el consumo como parte de la supervivencia biológica, inherente de la vida humana, pues está adscrito como esencia que no cambia en lo cualitativo sino en lo cuantitativo. Únicamente es variable cuando se modifican las formas y cantidades de acumulación.
El escritor señala que este consumismo pasa de ser una necesidad existencial a una necesidad construida al querer o desear algo.
Algunos tal vez sigan extrañando las plazas donde concurrían a comprar bolsas, relojes, ropa, zapatos, alhajas, utensilios que por lo regular no necesitaban, pero era el deseo de tener más y lo nuevo, como sucede con los celulares.
Extrañan igual ir a los restaurantes de lujo, los viajes, las camaraderías entre amigos hasta altas horas de la noche, y también como la misma suerte, los casinos donde pasaban días enteros sin medir el tiempo.
Por el momento en el clóset estarán esas colecciones superfluas. La vida de consumo quedará guardada por unos meses. Algunos otros, desafortunadamente ya no están, y no les alcanzó para seguir “disfrutando”.
Hoy luchamos para sobrevivir. Ver el mundo a través de nuestro espejo, y si somos sensibles nos podemos reflejar en él para hacer un autoanálisis de ese consumismo material.
Basta para la mayoría comer lo que hay, vestir de forma cómoda, andar en sandalias, revisar las redes, ver televisión, leer un libro, y seguir enterándose de que la pandemia no se irá mañana ni pasado.
Es cuando el verdadero valor de la vida se acomoda en nuestra cama, se queda quieto, y por instantes hace que conciliemos el sueño por algunas horas porque la realidad social nos despierta.
El consumismo es solo una dinámica en nuestra mente. Lo esencial deberá ser cada amanecer que demuestre seguir vivos.
Seamos un poco como Diógenes: conformarnos con lo que se tiene para ser felices.
PARÉNTESIS
Para la Fundación Jorge Marín es de vital necesidad entender el arte como una herramienta que fortalece y hace crecer al ser humano, por lo cual se lanzan diferentes eventos en redes sociales como lo son una serie de videos para niños denominada “Bestiario Mexicano” en colaboración con Unicef México. (kundera_w@hotmail.com)
- TAGS
- #COLUMNA
DEJA UN COMENTARIO