El debate: Concretando el voto

El debate: Concretando el voto

Valió la pena el segundo debate entre la candidata y los candidatos a la gubernatura del estado. Se elevó el nivel, excepto en las intervenciones de payaso que está verde, de uno de los que se coló en una candidatura. Anécdotas aparte, los contendientes se prepararon exhaustivamente sus intervenciones sobre los diferentes temas propuestos, síntoma inequívoco de consideraban que el debate definitivamente si tenía influencia entre los votantes. Evidencia de que todos saben que no hay nada ganado ni nada perdido aún. Para todos los que estamos involucrados directa o indirectamente en esto de la política está muy claro que las encuestas se están tergiversando a petición del interesado que quiere pagarlas en efectivo, o con compromisos de beneficios en caso de ganar la elección. Las encuestas se han mercantilizado, han perdido su espíritu independiente original, están comercializando estratégicamente sus resultados y por eso la mayoría de las consultas están completamente desprestigiadas. A estas alturas nadie se las cree. Y menos cuando algunas de las publicadas son insultantes para nuestra inteligencia. Volviendo al debate de las ideas hay que decir que Adán Augusto López llegó mucho más tranquilo y con la lección del primer debate aprendida. Me llama la atención como se ha mimetizado, -para bien y para su beneficio-, con su líder Andrés Manuel López Obrador. Su pretendido discurso didáctico, la cadencia y el tono de su voz, son casi idénticos a los de AMLO. Y eso está muy bien porque es lo que vende en estos momentos. Es una estrategia inteligente que seguro le dará réditos electorales. Gina Trujillo nos sigue sorprendiendo por su naturalidad. No hay artificio alguno en su discurso y habla a los televidentes como si estuviera en persona, delante de todos y cada uno de nosotros. Está sinceramente convencida de que va a ganar la elección y no hace promesas que no está segura que no pueda cumplir, precisamente porque no tiene duda de su triunfo. Se cree lo que dice y convence. Se puede decir lo mismo de Gerardo Gaudiano al que se le nota que ha estudiado, eso tiene un mérito que no se le puede quitar. Pero le falta mucho para ser natural y por eso en vez de hablar grita, y mueve (manotea al aire) las manos exageradamente. Jesús Alí mejoró sustancialmente su forma de comunicar y bajó al jardín de la humildad para mostrar su lado más entrañable. Bien por él y que siga por ahí. Y Manuel Paz, aunque se le nota un poco cansado, hizo el papel de hombre correcto, instruido y seguro. Paz es un excelente candidato que está en un pequeño, pequeñísimo partido. Sería un derroche que quien gane no cuente con él, si es que lo desea claro. El resultado de este ejercicio televisivo, revelador de quien y como son los que aspiran a gobernarnos, lo veremos en los próximos días. Pero que influyó en los electores no está a discusión: Fue determinante para muchos de los indecisos.