El “debate del debate” ciudadano decidirá quién ganó o quien perdió

El “debate del debate” ciudadano decidirá quién ganó o quien perdió

Después del debate presidencial no debemos de irnos con explicaciones fáciles, o maniqueas, o interesadas, sobre quien ganó o quien perdió el encuentro. Hay muchas lecturas que nos permiten llegar a conclusiones más apegadas a la verdad de lo que sucedió. Primero de todo lo que digan los “analistas sesudos”, -pero a sueldo de uno o de otro lado, no nos engañemos-, es algo que efectivamente nos ayuda a comprender los detalles, pero el debate más importante es “el debate del debate”. Es decir la gente que lo vio, y la que no lo vio que son muchos más, en las casas en los trabajos o en las taquerías y restaurantes hablarán de esto durante aproximadamente una semana. Porque será tema de la máxima actualidad, y entonces, solo entonces, es cuando se podrán levantar encuestas y ver hasta qué punto se han movido las preferencias y por tanto saber quién realmente ganó el debate. Después de una semana sabremos si El Bronco ha podido restar unos cuantos puntos porcentuales a Andrés Manuel López Obrador o si Margarita Zavala ha hecho lo mismo con Anaya y con el mismo AMLO y si Meade se mantiene, sube o también pierde. Puede ocurrir también que Anaya recupere los votos panistas de Zavala por el efecto de “voto útil”. Después de una semana podremos saber a cuantos indecisos les ha servido para formarse opinión o para decidir su voto. Antecedentes anteriores indican que los que todavía no saben a quién votarán, con los debates, pueden volcarse hacia uno u otro lado en un rango que va entre el 5 y el 15 por ciento, dependiendo de la claridad o contundencia. Este primer debate, a mi juicio, fue una “probadita” ya que los candidatos no quisieron poner toda la carne en el asador pues quedan dos debates más y están esperando precisamente los resultados a los que me estoy refiriendo para redefinir estrategias. Sin embargo es correcto hacer una primera apreciación, que como siempre está divida, ya que todos salieron diciendo que habían ganado y los periódicos y otros medios electrónicos, y las encuestas hechas de forma sencilla y muy rápida y por tanto poco fiables, también arrojan resultados muy disímbolos. En la prensa nacional parecen mayoría los rotativos que apuntan a un triunfo de Anaya, pero muy leve, nada de rotundo, y en este caso gana López Obrador porque mantiene una distancia gigante en preferencias manifestadas de voto a su favor. Es decir Anaya le quitó alguna que otra pluma al gallo de López Obrador y crece, pero no le alcanza. Esto parece estar claro pero lo que hay que ver ahora es como trató la fortuna a Meade y a Margarita Zavala y a El Bronco. Por tanto hay que esperar porque todavía no hay nada para nadie ni está hecha la elección que no se nos olvide también tiene otros componentes como el voto declarado falso, muy común en México y que impide que las encuestas coincidan plenamente con el resultado final de las urnas y no hace falta recordar humillantes fracasos de las encuestadoras en otras elecciones recientes.