El dilema de EPN

El dilema de EPN

En la Asamblea Nacional que viene, la XXII, se vislumbra que la mayor prueba de fuego será para el Primer Priista; y es que el mexiquense llega al preámbulo del final de su gestión con una Hidra de Lerna acechándole vorazmente: el rechazo social, los escándalos o sospechas de amplia corrupción en su círculo cercano, el incansable AMLO que a década y media de su búsqueda por la presidencia sigue en competencia, y peor aún la rebelión al seno del tricolor. Factores externos e internos lo acechan.

La legión disruptiva precisamente se engalla porque ven al Presidente “debilitado”, arrinconado y sin margen de maniobra, incluso no confían en la bocanada que el EDOMEX infundio en los Pinos –para ellos (los rebeldes) se ganó apenas por una nariz con todo el aparato y raudales de dinero- y no festinan lo que ellos llaman raquíticos y tambaleantes triunfos en Veracruz y Coahuila, ante ello creen que es momento de que la bisagra abra en absoluto la puerta y con ese envión se machaque y pulverice el dedazo.

La crisis o punto de encuentro álgido en las discusiones se dará cuando se tenga que decidir la apertura del partido, y aquí existen dos posturas: una, la de los Pinos y sus cercanos que impulsa que se modernice al partido y que para acopiar confianza ciudadana se rompa el molde o camisa de fuerza institucional y se pueda llegar a ungir como candidato a la Presidencia a un “externo”, un perfil más ciudadanizado que sin ser priista comulgue en amplitud con los postulados tricolores y con las visiones del grupo Atlacomulco; pues un profesional con olfato, tacto y oportunidad de crecer al darle baños de pueblo y con la operatividad electoral del sistema y la maquinaria.

La otra visión, es la que comulga con la idea de la apertura, que aseguran no es nueva, pero sin la modalidad de externos; los impulsores de este grupo piden que un Priista de sepa y trayectoria que cumpla con todo lo estipulado en los estatutos vigentes salga ungido por la consulta a toda la militancia y simpatizantes de la República, “preguntar en cada rincón de nuestro país a quien quieren en la boleta” es la consigna y arma con la que quieren quitar el poder decisión a los Pinos y a sus gurús.

Entre estas dos aguas, el primer priista deberá sortear un nuevo dique en su carrera política; lo cierto es que EPN no puede darse el lujo de salir desquebrajado de la asamblea, un golpe más lo dejaría a un paso del precipicio ante su desgastado, vapuleado y rechazado sexenio gubernamental. Un gran dilema revuelve la mente del mandatario: construir el PRI para la próxima elección o hacerlo para la próxima generación, ¡qué difícil!

Rosetas. Juanma como un lobo viejo de mar navega sobre la rumorología de que él palomea la lista de personajes susceptibles de medición; en un hábil juego usa el calor de las suposiciones y da luz con la información “privilegiada” que tiene como operador y constructor del consenso en el negriamarillo.

Fiel a su método y sus formas honrará la claridad y contundencia de los números, sabe y asume que llegado el momento la unidad deberá ponerse sobre la mesa y él tendrá gran peso en la negociación, “hay que saber y reconocer para que te da” es sin duda el tópico sobre el que soporta su influencia al interior del PRD y con el que manda mensajes a los adversarios externos, no se froten las manos les dice implícitamente.

No se inmuta ni engancha porque lo llamen empresario de la política, sigue en la ruta de privilegiar en dialogo y los acuerdos, esos que tantos dividendos y peso político le han dado.

Zarpazo. ¿Cuantos como Pechel usaran el síndrome de la Sandia? Verdes por fuera, pero rojos por dentro; la intención es meter presión…