El enemigo del enemigo el mejor amigo

El enemigo del enemigo el mejor amigo

Después del debate de ayer corre prisa, como nunca, el llevarse bien los unos con los otros y con los de más allá. Una buena parte de los de MORENA, que se declaran antisistema, desean sistemáticamente cambiarlo por otro, no abolirlo. Los del PRI que no aciertan a sumar lo necesario, para lo que sería bueno acercarse a Anaya y no perseguirlo en los tribunales y Anaya que se tira de frente contra los del PRI sin medir las consecuencias para su propia candidatura. Van a llegar las elecciones y nosotros con estos pelos. Los líderes se llevan mal, salvo los que se han acomodado a llevárselo todo y se habla de vacío de poder, pero el vacío está más bien en las cabezas. No sólo hay más jefes que indios, sino los que mandan abdican de su jefatura y prefieren hacer el indio. No deja de ser curioso que tanto el PRI como los de MORENA, ahora dicen que se reúnen varias veces por semana, en lo oscurito, para echarse en cara sus mutuas estrategias. Se confirma ese adagio político que asegura que el enemigo de quien es el principal enemigo, se convierte en el mejor amigo. Urgen los pactos, que después ya habrá tiempo sobrado para aplazarlos o para traicionarlos. De lo dicho no me acuerdo. ¿Cómo se van a acordar después de tantos mítines, de tantas promesas diseminadas en declaraciones trascendentales que sólo duran lo que se tarda en pasar la página del periódico donde aparecieron o en un abrir y cerrar los ojos ante la televisión, que no es cierto que nos aburra siempre, gracias al fútbol, pero que se esmera en hacerlo cuando convoca a la gente que todos procuramos evitar en la calle? Dicho de otra manera: ¿el ser humano tiene arreglo? Si lo que llamamos Dios, aunque sea como límite de nuestro conocimiento, nos hizo a su imagen y semejanza, debía de tener muy mal concepto de sí mismo. Quizá la modesta contribución de cada uno de nosotros deba ser mejorar nuestra comunidad de vecinos, nuestra colonia, nuestro municipio, nuestra ciudad, pero si eso fuese fácil todo lo demás sería sencillo. Los días que nos esperan hasta las elecciones, que mal contados son 40, van a ser terribles porque esta vez las vísperas no son más divertidas que la fiesta, como suelen ser. Por eso se ha dicho que el mejor momento del amor es el de subir las escaleras y, también por eso, los perros mueven el rabo cuando esperan que se les eche comida y no cuando comen. Dijo Pablo Neruda, que lo que tanto se ha aguardado no debiera llegar nunca. Es muy discutible esa opinión, como tantas de las que tuvo en su vida y las que sigue mereciendo después de su misteriosa muerte. Lo que no es discutible es que fue un poeta grandioso que supo contar los días y llenar sus horas revelando el universo. ¿Qué diría ahora, él, que llevaba a México en el corazón?