El fascismo y las elecciones en México

El prestigiado pensador de los Países Bajos, Rob Riemen, autor del Pequeño libro "El eterno retorno del Fascismo" escribió que para él es obvio que el fascismo está en alza otra vez en Europa y nos dice que, si esto puede ocurrir en un Estado del bienestar próspero como los Países Bajos, entonces el regreso del fascismo puede ocurrir en cualquier parte.

La oposición en México le apuesta al odio, al miedo, al racismo, a la mentira, a la difamación y a la violencia como estrategia electoral: no ofrece, ni tiene, otros medios para regresar al poder.

         El prestigiado pensador de los Países Bajos, Rob Riemen, autor del Pequeño libro "El eterno retorno del Fascismo" escribió que para él es obvio que el fascismo está en alza otra vez en Europa y nos dice que, si esto puede ocurrir en un Estado del bienestar próspero como los Países Bajos, entonces el regreso del fascismo puede ocurrir en cualquier parte. Así vemos cómo los gobiernos de ultraderecha se vienen multiplicando por el mundo como sucede en Argentina con Milei o el gobierno nazi de Israel que con ayuda de los Estados Unidos e Inglaterra están cometiendo un cruel e inhumano genocidio contra el pueblo Palestino.

         Nos dice Riemen que el fascismo no murió con la desaparición de Hitler y la Alemania Nazi; que éste puede retornar cuando las élites gobernantes no responden a las circunstancias cambiantes y a las demandas de las mayorías y sólo atienden a sus intereses propios. Tal ha sido el caso de las élites que gobernaron México y se despacharon con la cuchara grande en sexenios anteriores y que, en su afán de mantener sus privilegios, recurren a cultivar el miedo y a exacerbar los peores sentimientos irracionales como el resentimiento, el odio, el racismo, y la xenofobia.

         Nos dice Riemen que, en los albores del nazismo, el presidente Franklin D. Roosevelt en 1933 dijo en un discurso que las sociedades dominadas por el miedo son sensibles a las falsas promesas de la ideología fascista de sus líderes autocráticos. Y por ello las élites, en un esfuerzo desesperado por no perder sus privilegios y bajo el supuesto de que la gente es bruta y analfabeta (así lo afirma Martín Moreno), se dedican a cultivar el miedo en las masas con una propaganda mediática, plagada de mentiras, que genere inseguridad económica, odio, racismo, amenazas de terror y de guerra civil y a sembrar mayor confusión e ignorancia en una sociedad que, de antemano, ha vivido en la mentira. Y de propagar mentiras e idiotizar a la gente se han encargado Televisa, TV Azteca y cierta prensa de circulación nacional como el Reforma y el Universal.           

         Y los Estados Unidos, interesados por el petróleo de México, no son ajenos a la multiplicación de la violencia, guerra sucia y difamación con que la oposición ha arremetido contra AMLO y MORENA en estos días preelectorales. En apariencia esa guerra sucia ha sido orquestada sólo por una oposición interna, desquiciada y sin proyecto, cuyo origen y evolución están nutridos en décadas de corrupción y de traición a México. Sin embargo, y no es novedad, que en toda esa guerra sucia y de violencia bien armada y organizada tienen metida las manos los Estados Unidos: la CIA, la DEA y los periódicos sucios de siempre que le atizan duro a la guerra de desprestigio, plagada de calumnias, contra AMLO. Bien dice el prestigiado historiador cultural estadounidense en su libro "Edad Oscura Americana, la fase final del imperio" que al final de su imperio los Estados Unidos sólo utilizarían la violencia contra el mundo y quedarían atrapados en una vorágine guerrerista y de invasiones con el fin de remarcar una hegemonía perdida. Así lo hicieron contra Irak, Afganistán y demás países árabes y hoy contra Ucrania y Palestina. No tengo duda que, como consecuencia de eso, la economía estadounidense sufrirá otro desplome financiero y monetario como el de 2000 y 2008. Y lo preocupante es que de esa locura belicista y de invasiones, América Latina no está exenta incluyendo a México desde luego.  

         Desde el siglo XIX Estados Unidos siempre han tenido las manos metidas en nuestro país. Y de ello el prestigiado historiador tabasqueño y muy buen amigo mío, el doctor Enrique Canudas me escribió y envió estas reflexiones:

         "Ellos, los yankees, con la CIA y la DEA, controlan la producción y el comercio de las drogas, crean, financian y arman hasta los dientes a los carteles de narcotraficantes y luego le echan la culpa de ello a gobernantes como AMLO que no se someten a las órdenes de Washington y por eso hoy lo acusan de narco presidente. Esas acusaciones jamás se las hicieron al marihuano de Vicente Fox, ni a botella Calderón y García Luna, ni a Peña.

         "Durante décadas, ellos, los gringos, han formado sus propios agentes en sus agencias y escuelas militares para usarlos luego, al servicio de la CIA, en la contrainsurgencia. Ellos mismos formaron, entrenaron y armaron a Saddam Hussein en Irak para enfrentarlo a Irán y luego lo colgaron; lo mismo hicieron con Bin Laden, y con el cara de piña Noriega de Panamá y cuando ya no les han servido, los han sacado por los pelos de sus países, sin respetar soberanía alguna, ni el derecho internacional y los han enjuiciado en los Estados Unidos, convertidos hoy en los jueces del mundo. Cuando ahorcaron a Saddam Hussein lo hicieron públicamente y, sin el menor recato y moral, exhibieron su ejecución por la televisión mundial.

         "El más reciente caso es el de Orlando Hernández, al que hicieron presidente de Honduras, y fue su agente para el tráfico de drogas y golpear a Nicaragua y Cuba. Cuando ya no les sirvió ahora lo enjuician en las cortes yankees como si en Honduras no hubiera leyes, ni jueces". Igualmente, y a sabiendas de que la SCJN en México vale pa´ una pura y dos con sal en la aplicación de justicia, pidieron la extradición del Chapo Guzmán y de Genaro García Luna, el jefe de capos con Felipe Calderón, los enjuiciaron allá y los encarcelaron de por vida.