El futuro de Morena y López Obrador; en puerta la integración de nuevos partidos

El futuro de Morena y López Obrador; en puerta la integración de nuevos partidos

*Muy alta la apuesta por el 2018; consolidarse o dispersarse

*El lopezobradorismo podría absorber estructuras del PRI: Riding

*Diferencias y semejanzas: partido desde el poder y otro por el poder

TERMINAN las campañas. Desde el frente priista sus operadores dan por hecho que en los últimos días previos a la elección se pondrá en marcha el “aparato” para hacer ganar a José Antonio Meade, y mencionan como ejemplo lo sucedido en el Estado de México; mientras, desde la trinchera morenista están convencidos de que Andrés Manuel López Obrador confirmará en las urnas lo que indican las encuestas: una victoria histórica…a menos, dicen, que haya un fraude descomunal; pero también aseguran estar preparados para evitarlo.

En el frente de Ricardo Anaya los cálculos no son muy optimistas pero tienen confianza en que el tramo del “voto útil” los favorezca. Al no ocurrir una declinación de Meade por Anaya o a la inversa, se proponen polarizar la decisión ciudadana y mostrarse como la verdadera oposición. Un salto muy complejo ante un electorado ya definido en su mayoría; hay muy poco tiempo.

En el influyente diario New York Times, Wilbert Torre escribió que Ricardo Anaya “está cada vez más solo” y que los 20 puntos que lo separan del primer lugar en la intención de voto es una distancia “casi insalvable”. ¿Su problema?, refiere el periodista: “en solo cinco años desmanteló una alianza de facto de las últimas décadas entre los dos partidos que se han alternado el poder en México” (PRI y PAN), al tiempo que dividió a su partido “la fuerza más antigua de la oposición mexicana”.

Para el equipo de Anaya lo que sucede es que desde la estructura del Estado se orquestó una embestida contra el frentista.

HISTORIAS PARALELAS

EL PERIODISTA Alan Riding, extranjero conocedor como pocos del sistema político mexicano en donde fue corresponsal durante 13 años para The Financial Times, The Economist y The New York Times (1971 y 1984), dijo a Javier Lafuente del diario El País: “Uno se pregunta si una victoria de López Obrador y de Morena, un partido creado por y para una persona, logrará tener un impacto en todo el país. No es impensable que a medio plazo Morena, si consigue un Gobierno eficaz, se vuelva un nuevo PRI y absorba todas sus estructuras. Me recuerda a Lula (Luiz Ignacio Da Silva) y el Partido de los Trabajadores, que era un pequeño grupo y fue con el tiempo absorbiendo y absorbiendo… Tal vez México necesita eso para funcionar”.

Pero también para Riding existe una convicción: “Ha llegado el momento de un cambio drástico en México que sacuda el sistema”.

Quisiera detenerme en una tesis que de alguna manera comparto con Riding y que he comentado con algunos lectores: tal parecería que estamos viendo un fenómeno muy parecido a la conformación del Partido Nacional Revolucionario (PNR) que luego se transformó en Partido de la Revolución Mexicana y finalmente en el Partido Revolucionario Institucional (PRI).

No se trata, por supuesto, de afirmar simplemente que Morena es el “nuevo PRI”, porque la idea no es descalificar sino comprender el fenómeno. Así, observo el proceso de su integración que primero aparece como un “movimiento social” –siempre en la tesis de Andrés Manuel López Obrador de “un partido en movimiento”, que enarboló desde que fue dirigente estatal del Partido de la Revolución Democrática en Tabasco y luego como dirigente nacional-, para luego transformarlo en el partido político Morena. Cabe señalar que también quiso poner esa idea en práctica durante su breve paso por la dirigencia estatal del PRI tabasqueño (1983).

Es precisamente en la etapa de la construcción de Morena cuando aparecen las semejanzas, sobre todo en la campaña electoral del 2018. Mientras que el PNR suma a todas las fuerzas y liderazgos dispersos después del movimiento revolucionario de 1910, Morena suma ahora a liderazgos y grupos de las más diversas orientaciones ideológicas y programáticas.

PERÚ, ECUADOR, URUGUAY

UNA ACOTACIÓN. Con mi querido y ya fallecido amigo Lácides García Detjen, comentamos ampliamente sobre la formación del nuevo partido Morena: mientras el PNR es un partido que surgió desde el poder y para conservarlo, Morena aparece como un partido-movimiento para conquistar el poder…aunque su siguiente etapa será su integración para conservar y ejercer el poder.

Es en esta última etapa del proceso lo que ha desatado temores y críticas de sus adversarios. Son reacciones a partir de “lo que pueda pasar” por lo que llaman un liderazgo personalizado.

Partamos de dos hipótesis: en el eventual caso –prácticamente descartado- de que Morena no gane las elecciones presidenciales, lo que seguiría sería una lucha interna por los espacios de poder y para quedarse con el partido; sin embargo, un triunfo del lopezobradorismo a nivel nacional llevaría a la compleja tarea de estructurar un partido. ¿Mediante sectores, como sucedió con el PNR-PRM-PRI?, o ¿por corrientes como ocurrió con el PRD?

Hemos visto, por ejemplo, que en varios países de América Latina han surgido frentes electorales para competir por el poder por fuera de los partidos tradicionales (Partido Nacionalista Peruano-alianza Gana Perú; Movimiento Alianza País, de Ecuador; Movimiento de Participación Popular, de Uruguay, etcétera), algunos de los cuales se han institucionalizado y otros disuelto tras los comicios.

AL MARGEN

No hay duda que pasando los comicios del 2018 todos los partidos, no sólo Morena, pasarán por una reestructuración profunda, reagrupamiento en nuevos partidos. (vmsamano@hotmail.com)