El gobernar en los tiempos del COVID-19

Las estimaciones de crecimiento eran muy marginales; hoy con los dos fenómenos negativos en altísimo auge, la debacle es una alta posibilidad

Hace unos días algún especialista en temas económicos mencionó que en el mundo del dinero se vislumbraba un fenómeno devastador que podría recibir el apelativo de “tormenta perfecta”, y es que antes de la maximización de la pandemia y el problema geopolítico del petróleo, las estimaciones de crecimiento eran muy marginales; hoy con los dos fenómenos negativos en altísimo auge, la debacle es una alta posibilidad.

En nuestro país, ante el ascenso al poder popular de un personaje como AMLO, desde el inicio las cosas han sido por decir complejas, ello por la transición hacia un régimen que ha dejado patente desde sus entrañas que la prioridad serán los mas desvalidos y desprotegidos, aquellos que por años se entendieron como relegados de la acción gubernamental, y por ende lo dificultoso que ha resultado para la clase media y alta, entender el proceso de integración nacional que desde palacio nacional se dibuja; aunado a que el mandatario nacional izquierdista tiene desde hace mucho muy marcado cuál es su particular forma de gobernar (por aquello de que hay quienes dicen que desde los templetes, antaño, como opositor fijaba agenda y hasta rumbo), lo suyo es la resistencia, la confrontación ideológica y la contrastación de resultados y hasta de formas de concebir el gobierno, por ello es que presume que para él es más importante la dispersión mas equitativa y no la procuración de estabilidad económica de los grandes empresarios, a más aún, ante el nulo crecimiento del PIB, prioriza y celebra la nula contratación de deuda y la inyección de ahorros (10, 000 MMD) al fondo de contingencias, esas son sus directrices motoras, y mas aún sus convicciones democráticas y de poder.

Ante la crisis que se vive, es innegable que el COVID-19 ha logrado mellar la imagen, más que los años cargados de ataques, guerras sucias y campañas políticas en contra, hoy se debe decir con sensatez que la pandemia, la personalidad y su postura ante ella, tienen al presidente ante un desgaste inusitado, por lo que lo que se percibe es que el mandatario nacional, hoy más que nunca ha decidido jugarse el todo por el todo, confiado en su avezado olfato, en su templanza a la hora de tomar decisiones importantes y en su gran conocimiento de la psique del mexicano, se espera que sus cálculos y convicciones sean certeras, de  lo contrario, su “terquedad” representará un alto riesgo para México.

Recordemos como antaño, en su defensa de la investidura presidencial, decía en el peñato que al titular del ejecutivo lo habían convertido en “el payaso de las cachetadas” ello por la mofa popular que a diario se soltaba ante los desatinos de Enrique, sin embargo basta ver hoy la intensidad y el calibre de los memes que inundan las benditas redes sociales, para pensar que esa defensa acuñada se puede volver un boomerang, ya que los embates creativos de hoy, laceran groseramente a la mas alta magistratura nacional. Ya sabemos también que en nuestro país prolifera la demanda con inmediatez.

Cierto es que la Razón de Estado esta cimentada en función de que mas de 40 millones de mexicanos están en la llamada economía informal, en ese segmento la gran mayoría vive al día y no dispone de ningún instrumento de crédito que le ayudare a sortear la falta de ingreso ante un paro generalizado, y que también gran parte de los que tienen un empleo “seguro” sufren a diario por estirar la percepción quincenal, es por ello que el mandatario esta resistiendo lo mas que pueda para tomar una medida como esa; el reto se torna mayúsculo, cuando es sabedor de que el sistema de salud, una de sus prioridades, esta, en reconstrucción prácticamente desde cero, un segmento glorioso que con poco ha dado grandes satisfacciones profesionales y personales en materia de salud pública, y que hoy sigue haciendo “milagros” para atender las diabetes, la hipertensión, los padecimientos oncológicos o los asociados al déficit inmunológico de millones de mexicanos, por lo que de recibir una estampida de infectados por COVID-19, podría verse rebasado.

En este tiempo, el mandatario apela a la valentía del pueblo para aguantar calamidades, a la piel dura y a la energía envidiable de esta raza de bronce, apela también a la solidaridad y bondad de los mexicanos, ello para que ante el temor y el nervio, se generen redes de apoyo y sostenimiento comunal de la economía popular. El presidente de México deberá de aquí en adelante tomar decisiones que convenzan a la gran mayoría de los mexicanos, de lo contrario, el gobernar sin la confianza mayoritaria en tiempos del COVID-19, podría resultar trágico…