El jaque al rey

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ESTRICTAMENTE PERSONAL

El jaque al rey

Raymundo Riva Palacio

Javier Corral ha puesto en jaque a Enrique Peña Nieto. La acusación por peculado por 250 millones de pesos en contra de su antecesor como gobernador de Chihuahua, César Duarte, colocó al presidente en el centro de la lucha por la sucesión presidencial. Peña Nieto no estará en la boleta el primero de junio, pero por él cruza el descarrilamiento de la campaña presidencial del PRI. Corral lo ha emplazado reiteradamente desde el fin de semana. Peña Nieto, afirma, no sólo tiene que responder a los chihuahuenses, sino a los mexicanos. La estrategia detrás de él es clara, y la ha delineado Ricardo Anaya, precandidato del PAN, PRD y Movimiento Ciudadano: hay que eliminar al tercer lugar. Verbigracia, llevando la corrupción de Duarte al corazón de Los Pinos, inhabilitará la candidatura de José Antonio Meade y al final, la lucha será entre dos, Andrés Manuel López Obrador y él.

En tiempos de precampaña electoral, donde los aspirantes a la Presidencia no pueden pedir el voto ni hacer propuestas, Corral se ha convertido en el mejor instrumento de Anaya y el frente electoral que representa, para que la temporada de acotamientos electorales se convierta en la pradera seca para el ataque. La corrupción del neopriismo del nuevo siglo ha construido involuntariamente las condiciones para su vulnerabilidad. El presidente reconoció la gravedad de las acusaciones de Corral, quizás no tanto por el fondo de su alegato, sino por lo que el ruido que ellas produzcan, impacta en su proyecto transexenal. Peña Nieto fue forzado por las imputaciones de Corral a pelearse con él en el fango, y buscar frenar el daño que les estaba infringiendo.

“El gobierno de la República no puede ni merece ser descalificado, y menos señalado, por no estar respaldando al gobierno de Chihuahua”, dijo Peña Nieto horas después de llover las imputaciones. “Yo les pregunto a los medios de comunicación si ha habido otro momento en la historia política del país donde algún funcionario del más alto nivel que hubiese sido señalado con sustento o con presumible sustento a la acusación, no esté enfrentando un proceso judicial alguno”. Improvisar en temas complejos no es el mejor ambiente para el presidente. La respuesta es simple. Sí ha habido otros momentos.

Secretarios de Estado que han ido a la cárcel en regímenes priistas por presuntos actos de corrupción, senadores desaforados para poder ser juzgados por peculado, o gobernadores por vínculos con el narcotráfico. Funcionarios en gobierno estatales y municipales también fueron a prisión en el pasado. Una diferencia de aquellos años con los tiempos actuales, es que nunca fueron tantos priistas ni con sumas de dinero tan extraordinarios generadas por presunta corrupción, los que habían enfrentado a la ley. Otra diferencia es que las percepciones otrora con las que se tienen ahora, es que nunca la percepción fue tan rampante como la que se ha vivido en la era Peña Nieto, donde se le ha asociado con impunidad.

Las acciones de Corral, dentro del proceso en contra de Duarte, su antecesor en Chihuahua, cobraron su primera víctima real, Manlio Fabio Beltrones, quien ante el encarcelamiento de uno de sus principales colaboradores cuando era presidente del PRI, Alejandro Gutiérrez, por presunto desvío de 250 millones de pesos para campañas electorales del PRI, tramitó amparos ante un juez. Al hacerlo, automáticamente quedó inhabilitado para buscar un cargo de elección popular, porque está involucrado en un proceso judicial. Corral no ha desviado la atención del ex secretario de Hacienda, Luis Videgaray, que aparece en las indagatorias del Caso Duarte, de manera indirecta hasta ahora –por lo que se conoce-, por haber presuntamente autorizado la transferencia ilegal de recursos presupuestales para fines electorales. Si avanza sobre esa ruta y procede judicialmente contra Videgaray, el siguiente en la lista será su sucesor en la cartera, el actual precandidato presidencial, Meade. No tardaría en aparecer en el camino, como se adelantó en este espacio el martes, Luis Vega, el secretario de Finanzas y Administración del PRI, incondicional del presidente Peña Nieto.