El “momentum” histórico de Tabasco a la espera de un papel oficial

El “momentum” histórico de Tabasco a la espera de un papel oficial

En algún lado debe de estar el acta de defunción de Amet Ramos, quien fuera secretario “plenipotenciario” de Finanzas en el gobierno -es un decir lo de gobierno- de Arturo Núñez. Los herederos han tenido que aportar este documento para tener acceso a los bienes terrenales que haya dejado, que se sospecha que no sean pocos. En algún registro público debe de estar la ya famosa acta. La agencia funeraria que tramitó el manejo de sus restos mortales ha tenido que  recibir el documento que acreditara el fallecimiento legal. Al ser este un trámite reservado a la autoridad del estado, este tiene, por obligación, por fuerza legal, los mecanismos para acreditar, o no, la sensible pérdida que para la sociedad representa la desaparición de un ser humano. No es un asunto menor o anecdótico ya que si la Cámara de diputados de Tabasco decide emprender acciones en contra de quien, o quienes, hayan manejado de forma ilegal y fraudulenta el presupuesto del gobierno de Tabasco tendrá que ser dirigida la demanda contra alguien vivo, que pueda hacer frente a las responsabilidades penales y al reproche social. No es una cuestión de venganza o despecho de unos contra otros sino, simple y llanamente, de la aplicación del estado de derecho y de la democracia que exige que todos seamos iguales ante la ley que debemos de respetar cada uno desde su posición social o política. Se trata, en estos momentos, de confiar en la justicia y que esta no sea burlada con artimañas para que la dignidad de todo un pueblo sea respetada. No quiero imaginar que pasaría si pasados unos meses, o unos años, por una indiscreción más que probable dada la personalidad descuidada de algunos, en su creencia de infinita impunidad, o por una buena o mala fortuna (depende de a quien se le atribuya) se descubra que el supuesto finado aparece vivo y por supuesto disfrutando de esa condición en cualquier paraíso. Uno de esos que no suelen hacer muchas preguntas sobre el pasado de aquellos que deciden cambiar de residencia a cambio de aportar un buena cantidad de millones para los gobernantes de esas ínsulas. Es que esas cosas ocurren. Hay gente que hace esas cosas y no solo hay películas y libros de ficción que cuentan cuentos parecidos, sino que existen, documentadas, situaciones reales que demuestran que la imaginación humana aplicada a la maldad es inagotable. Más aún cuando hoy en día existen métodos científicos, como el del ADN, que pueden demostrar, sin lugar a dudas, quien es quien, se haya cambiado de imagen corporal o no por medio de un costoso, y doloroso, proceso de cirugía plástica que, sin embargo es relativamente fácil de llevarse a cabo en muchos países del mundo, gracias a los adelantos de la ciencia en este tipo de operaciones. Nos encontramos por tanto en una encrucijada histórica en la que cada quien debe de representar su papel que, puesto bien en escena, puede proporcionarle honores y un lugar en el recuerdo de la memoria de un pueblo como el tabasqueño. Una mala interpretación del “momentum” y de las consecuencias de no aplicar la ley como corresponde, por el contrario, puede llevar más temprano que tarde a la ignominia y al descrédito por generaciones de quien pretenda cubrir con toneladas de tierra podrida unos hechos dignos del castigo más ejemplar y que fueron, y todavía son, humillantes para Tabasco por el dolor que han causado y el daño irreparable que hemos sufrido.