El odio y los eternos cangrejos

El Presidente Donald Trump ha llamado en varias ocasiones a su homólogo Andrés Manuel López Obrador, y se ha conducido con respeto a México, a su gobierno y a los mexicanos

El Presidente Donald Trump ha llamado en varias ocasiones a su homólogo  Andrés Manuel López Obrador, y se ha conducido con respeto a México, a su gobierno y a los mexicanos.

Recientemente  volvió a tener una conversación telefónica por el problema petrolero, y después de escuchar los razonamientos de nuestro Presidente ofreció apoyar a México con 250.000 barriles diarios de petróleo.

Acaba de volver a llamar a nuestro mandatario para ofrecerle 1,000 ventiladores para atender la pandemia, y el apoyo en todas las compras que el país necesite. En conferencia de prensa, el Presidente norteamericano  dijo que México tenía un buen gobierno y que López Obrador era un buen hombre.

Hay que destacar que estos apoyos se realizan cuando Estados Unidos enfrenta más de 30,000 decesos, contra los poco más de 300 que desgraciadamente tenemos en México. Apenas el uno por ciento.  Pero abundan los buitres que regatean el buen manejo de la crisis en México, desean y hasta inventan muertos.

Yo me desayuno con los noticieros, y me rasuro porque esto me hace sentir bien y me rejuvenece. Tanto, tanto, que ahora mi mujer quiere que también me rasure en la noche.

Pues bien, en la última mañanera, nos desayunamos con la espléndida noticia de que una iniciativa de nuestro Presidente en la ONU, casi en automático, tiene no solo el respaldo, sino el copatrocinio de 161 de los 193 miembros de esta organización. El 83% de los países de la ONU no solo apoyan sino que se unen y copatrocinan la iniciativa de México.

De este tamaño es el prestigio de nuestro país y en especial de nuestro Presidente, que muy a pesar de las aves de mal agüero, es uno de los mandatarios más respetados  y aceptados en el mundo.

Pero desafortunadamente, aquí y allá, existen los emisarios del pasado, que se niegan a entender los nuevos tiempos. Los zopilotes de la crisis, que envenenados por el odio, con tal de golpear al líder, no les importa que el país se venga abajo, y con ello ellos mismos caigan en la avalancha.

Consciente o inconscientemente se  convierten en enemigos de México. En los eternos cangrejos que no aceptan  que nadie sobresalga. Investidos de bondad, perdonan prácticamente todo, menos el éxito.

Existen si, grandes pendientes. Hay que acelerar el arribo a cero impunidad. La Banca, no presta nada suyo, maneja el ahorro del pueblo que  indebidamente invierte en fondos internacionales para financiar el desarrollo de otros países y nuestro Presidente no la ha querido tocar. Sin financiamiento, es prácticamente imposible el desarrollo y se requiere financiamiento suficiente, oportuno y barato,

Pero  el fiel de la balanza se inclina favorablemente a un gobierno austero y honesto, que está reduciendo la monstruosa deuda que heredó, no aumenta impuestos ni permite más gasolinazos, y mantiene una inflación baja con mejores salarios y redistribución del ingreso.

Altura de miras, amigos. Hay que pensar en México.

CONSUMAMOS LO MEXICANO

La inversión extranjera presenta una prosperidad ilusoria y pasajera, que a la larga es negativa para el país. Ninguna transnacional es dama de la caridad, invierten para ganar. Así, en una inversión del monto que sea, al inicio presenta una entrada de divisas, pero a los siete años, vía utilidades, esas divisas ya retornaron al extranjero, pero siguen conservando la propiedad total y seguirán sacando divisas permanentemente vía utilidades. Una sangría permanente.

La verdadera prosperidad es la que se logra con recursos propios, aún cuando al principio sean modestos, y se logra consumiendo lo que producimos, en las empresas distribuidoras de connacionales.

Lenta, pero firmemente, podemos superar la crisis si dejamos de consumir productos extranjeros. Al consumir productos mexicanos, creamos y protegemos empleos en México, fortalecemos nuestras empresas y construimos un entorno más favorable, con más prosperidad y lógicamente con más seguridad.

Compremos productos mexicanos, en empresas mexicanas como Chedraui,  Soriana o  en la tiendita del barrio. Es la mejor manera de demostrar nuestro amor a México y construir un futuro mejor.

Un abrazo