El populismo mediático: engaño discursivo para diferir problemas

El populismo mediático: engaño discursivo para diferir problemas

*Berlusconi y Fox, pioneros del tóxico populismo mediático

* Politiquería: no a los controles legislativos, sí al exhibicionismo 

* Aclara De la Vega: no solicitó la remoción de Candelario Pérez

Víctor M. Sámano Labastida

ARRECIAN las campañas. En los meses próximos estaremos bajo el fuego cruzado de declaraciones, promesas, descalificaciones. Conceptos como “populismo” servirán para descontar a los adversarios. Quizá se recuerde cuando el entonces presidente de Estados Unidos, Barack Obama, presumió ser “populista”. Sin embargo, hoy quisiera referirme al populismo como un engaño discursivo para diferir  problemas, o para enmascararlos.  

Su atractivo hacia las multitudes reside en las ideas simples, no importa si entrañan contradicciones fáciles de detectar. Un dicho populista clásico le pertenece a Luis Echeverría, al hablar de una situación económica crítica que –supuestamente- se solucionó: “Hace un año, estábamos al borde del abismo; hoy ¡hemos dado un paso al frente!”. Vaya porrazo. Nadie le dijo a Echeverría que la frase era una mala metáfora. Y si se lo dijeron no hizo caso, como buen populista.

En México, ya tuvimos una experiencia de populismo mediático: Vicente Fox con sus “víboras prietas y tepocatas”, con su “hoy, hoy, hoy”.  Fox fue inmortalizado en el libro “¿Y yo por qué?”, del humorista Andrés Bustamante (2005), colección de frases célebres del entonces Presidente que, en sus dichos, no se asumía responsable de las políticas de su gobierno. Sería interesante identificar rasgos populistas en Carlos Salinas (1988-1994), pues un factor central del populismo mediático es que “la televisión da únicamente las noticias que le gustan al gobernante”, en palabras del italiano Umberto Eco, a quien volveremos para caracterizar el populismo mediático.  

DIPLOMADO EN CANTINFLEAR

EL EXPRESIDENTE de Estados Unidos, George Bush hijo, es un clon de Vicente Fox en cuanto a ideas (si puede ponerse el calificativo). Los dos con sombrero, chamarra y pantalón de mezclilla, cinturón con hebilla gigantesca, triunfadores del mundo rural distinguido, tuvieron mucha cercanía como mandatarios. Las siguientes frases, de Bush, podría firmarlas Fox: “Si no tenemos éxito, corremos el riesgo de fracasar”; “Es tiempo para la raza humana de entrar en el sistema solar”; “África es una nación que sufre una increíble enfermedad”; “Creo que estamos en un camino irreversible hacia más libertad y democracia. Pero las cosas pueden cambiar”. “Queremos que cualquier que pueda encontrar un trabajo sea capaz de encontrar un trabajo”; “Francamente, los profesores son la única profesión que enseña a nuestros niños”. Parecieran las frases del famoso Murphy.

El populismo, es simple y contradictorio en su discurso. Sin embargo, llega a la masa con mucha contundencia, dado que se genera una proyección cultural: el ciudadano poco informado se identifica con los dichos televisivos de su presidente. ¿Es automático este proceso? Desde luego que no. Pero presenta un grado notable de eficacia en los estratos menos educados y necesitados de la población. El político populista sabe que mucha gente no se complica las cosas y gusta de dichos simpáticos, no de argumentos fundamentados. 

RAYAS DEL TIGRE POPULISTA

CORRÍA el año 2004 en Italia: el magnate y presidente plenipotenciario, Silvio Berlusconi, provocó que Umberto Eco caracterizara el populismo mediático como un gobierno basado en 1) las apariencias que moldea la televisión, 2) la corrupción estructural y 3) el abuso de autoridad. Eco señaló un punto clave que acaso también se encuentra presente en el caso mexicano: “El populismo es una forma de gobierno que, al intentar saltarse las mediaciones parlamentarias, tiende a establecer una relación plebiscitaria inmediata entre el líder carismático y las multitudes”.

Sigue Eco con el populismo mediático: “Un régimen donde entre el jefe y el pueblo se establece una relación directa a través de los medios de comunicación, con la consiguiente desautorización del parlamento”. Esto, que sí pasó en Italia con Berlusconi, no ha ocurrido a las claras con presidentes de México, porque se han respetado las formalidades de la división de poderes. ¿Pero no será una simulación más lograda la mexicana, y más burdo el caso italiano? De cualquier modo, el populismo apela a la noción de complicidad entre gobernante y gobernados. El riesgo es una deslegitimación del sistema político, como cuando Berlusconi dijo que estaba bien no pagar impuestos. Y lo hizo Donald Trump.

Resumiendo a Eco: “El populismo es simplemente un método que prevé la apelación visceral a las que se consideran las opiniones y los prejuicios más arraigados de las masas (…) El populismo se alimenta de llamamientos a los instintos incontrolados del electorado menos educado críticamente”. Resultado público: jamás sabrás cómo te han gobernado.

AL MARGEN

SERÁ el 27 de octubre a más tardar cuando el diputado Candelario Pérez deje la dirigencia del PRD-Tabasco, según aseguran fuentes del propio partido. En tanto, José Antonio de la Vega negó que haya firmado una petición de remoción junto a otros consejeros solaztequistas; aseguró que sólo avalaron la convocatoria a un consejo. En efecto, el documento de notificación del “Procedimiento de Remoción” fue signado por José trinidad Noriega, Elsy Lidia Izquierdo y José Antonio Hernández. En efecto, como lo hemos anotado y es válido para todos los partidos, sus dirigentes, militantes y aspirantes deben llegar en condiciones de máxima unidad –no unanimidad- a la selección de candidatos, peor sobre todo a la contienda electoral. ¿Lo conseguirá el PRD?       (vmsamano@yahoo.com.mx)