El ritual de los tres poderes: Cerrando ciclos contra la corrupción

Cuando prácticamente toda la información, y opinión, en Tabasco giraba en torno a la pandemia y a sus terribles efectos en nuestro estado

Cuando prácticamente toda la información, y opinión, en Tabasco giraba en torno a la pandemia y a sus terribles efectos en nuestro estado la realidad de que también existen otros escenarios que no pueden esperar más tiempo nos sorprendió a casi todos y así el Gobernador, Adán Augusto López Hernández dio un golpe de autoridad proponiendo la destitución de la alcaldesa de Jalapa, María Asunción Silván Méndez, y todo el cabildo ya que juntos y por separado se han significado por sospechosos manejos del dinero público. Y por haber demostrado un desaseo en su gestión que todo parece indicar que tendrán que calificar los jueces penales. La otra pandemia que nos corroe con más fuerza que la del COVID 19, la de la corrupción, afloró con la fuerza que le corresponde arrojando un balance leve de contagiados que se prevé aumente en las próximas semanas y meses como es de esperarse de una franca y decidida voluntad de López Hernández de afrontar con determinación esa lacra de nuestra sociedad. Todo indica que el Gobernador ha iniciado un ciclo: El del acoso y derribo de la corrupción en los municipios, tradición que tan arraigada se encuentra entre nosotros desde tiempos inmemoriales y que ha aportado hijos abundantes a la prole de los políticos que entran pobres al servicio público, salen medio ricos de dinero y entran a la galería de la suciedad moral de la paisanada. La pelota se encuentra ahora en la Cámara de Diputados tabasqueña y será está institución la que deberá aplicar los mecanismos legales para que la desaparición del cabildo sea perfectamente apegada a derecho y también a que se inicien los trámites necesarios para que quien la haya hecho la pague. No bastaría con que simplemente sacaran a los señalados de la administración municipal sino que es necesario un castigo si como se acusa se encuentran delitos en la actuación de los regidores. Y naturalmente la devolución de los bienes y del dinero público que se hayan distraído a las cuentas particulares de los encausados. Según un dicho popular, guardar rencor es como tomar veneno y esperar que la otra persona sufra los efectos. Puede ser algo muy natural cuando sentimos que alguien nos hizo mal, pero alojar tanta negatividad en nuestro corazón no ayuda a nadie y nos hace infelices. Por eso el proceso debe de ser conforme a derecho. Estrictamente jurídico, sin que la natural indignación nos lleve al clásico proceso de hacer leña del árbol caído. Lo único que hay que hacer es aquello por lo que se ha luchado durante tantos años y que ha costado tanto empoderar en la vida política de Tabasco: Justicia. A veces, como en esta ocasión, necesitamos dejar atrás una etapa de nuestra vida relacionada con nuestro entorno en sociedad. Por medio de este proceso, o ritual legal, que ahora encabezan nuestros diputados como representantes populares del Poder Legislativo, que han recibido una solicitud fundada del Poder Ejecutivo de Tabasco y que deberá dar curso el Poder Judicial, podemos hacerle un funeral simbólico a todo lo que pasó y contaminó nuestra convivencia con la corrupción, y dejarlo ir. Los rituales para cerrar ciclos deben tener un efecto pacífico en nuestra vida y si estamos dispuestos a realizarlos, puede que los encontremos muy benéficos y sanadores. Cerrar ciclos es esencial para alcanzar la paz social, y estos rituales legales pueden ayudarnos a ponerles fin de manera satisfactoria.