El tremendo caso de Manuel Velasco y su retorno

El tremendo caso de Manuel Velasco y su retorno

En política, la forma es fondo, como bien se publicó en estas páginas. Ahora estamos ante un hecho polémico y criticable. El que en una primera votación económica se le negara a Manuel Velasco Coello, gobernador de Chiapas, licencia como senador para ser gobernador sustituto de sí mismo, para que momentos después la junta de coordinación política decidiera volver a someter el asunto a votación y entonces sí se aprobara, es por decir lo menos, sospechoso.

Aprobar un asunto que ya había sido desechado es primero una señal de poca coordinación, y después, de sumisión a una línea muy poco transparente. Es difícil creer que el procedimiento fue “natural” y que no hubo línea. Por eso es una situación que por ningún motivo puede repetirse. No en los presuntos nuevos tiempos.

Más allá de si el gobernador de Chiapas puede ser al mismo tiempo senador (días antes se reformó la Constitución de su estado para permitirle volver a despachar después de haber tomado protesta como legislador), la pregunta es por qué se dio este episodio. ¿Cuál es el interés de permitir que Velasco Coello se salga con la suya?

Una primera especulación, desmentida pronto por el gobernador vecino, es que el pago del Partido Verde a cambio de este favor fue ceder cinco diputados federales para que Morena complete la mayoría absoluta. Es decir, que retenga la mesa directiva, la administración, y sobre todo, para poder aprobar cambios constitucionales sin negociar con otros partidos. ¿Le suena familiar?

Hay que decir que entre los cinco diputados en cuestión se encuentra Humberto Pedrero, la flamante adquisición de Morena tiene entre sus méritos el haberse hecho pasar por indígena para que el Partido Verde le beneficiara con la candidatura a diputado federal. Los otros cuatro, de acuerdo con medios nacionales, serían Francisco Elizondo, Nayeli Fernández, Erika Uribe y Ana Patricia Peralta.

Otra especulación sobre la importancia de Manuel Velasco radica en el hecho de que es presidente de la Conferencia Nacional de Gobernadores (CONAGO), de manera que serviría de mediador con los mandatarios locales y ayudar a canalizar las posibles diferencias en lo que se refiere a la implementación de los delegados políticos (superdelegados, que les han dicho).

Lo cierto es que desde el 6 de julio pasado, el gobernador/senador chiapaneco fijó en su Twitter una foto con el presidente electo Andrés Manuel López Obrador. Para nadie es un secreto que el abuelo de Manuel Velasco, Fernando Coello, se sumó al proyecto de Morena activamente desde inicios de la campaña electoral pasada.

El Partido Verde, antes aliado del PRI, ahora es aliado de Morena. ¿Todo cambió para seguir igual?, esto se pregunta dentro y fuera de las filas del partido que fundó AMLO. Para algunos morenistas, es claro que estas formas y este fondo son un error a enmendar pronto, antes de que la confianza ciudadana les pase la factura.

Por lo pronto, el episodio del chelito de Chiapas amenaza con opacar ante la opinión pública los primeros logros que fueron la reducción de un 30 por ciento en gastos superfluos del Senado de la República, y otros tantos ahorros logrados con austeridad en la Cámara de Diputados federal. Hay que cuidar las formas, que es lo que percibe la mayoría silenciosa.

Morena, como partido en el poder, tiene el desafío de estar a la altura de saber gobernar junto con la oposición, que puede servir para denunciar y enmendar los errores que desde una postura unilateral no se alcanzan a ver. Equivocarse en esto llevaría, inevitablemente, a que las altísimas expectativas que le llevaron al triunfo le jueguen en contra.

Por eso, el partido en el poder está en la necesidad de dar respuestas que los ciudadanos sientan de manera directa (mucho más fácil decirlo que hacerlo). Para que se disculpen las formas, Morena tiene que demostrar que el fin justifica los medios.

PRIMERA PARADA

Detallista y caballeroso como es, el ex gobernador Enrique González Pedrero nos hizo recordar ayer los once años que han transcurrido desde la partida de Doña Julieta Campos, a quien los tabasqueños –sobre todo en las zonas indígenas y los grupos vinculados a la cultura- tienen presente por su entrega, dedicación y aportaciones. Mucha de la obra de la Doctora Campos permanece multiplicada como herencia de identidad. Es un ejemplo de quienes no siendo tabasqueños nos han dejado una herencia de entrega y compromiso.

SEGUNDA PARADA

La reconciliación y la mesura deben ser divisas en esta etapa de transición entre un gobierno y otro. Sobre todo porque vivimos una nueva alternancia que se anuncia más profunda. Andrés Manuel López Obrador ha pedido a los militantes de Morena, sobre todo a los legisladores, mantener la calma y no confrontarse con los derrotados. De lo que se trata es de mirar hacia adelante para que no se frustre la transformación. En ese sentido, el gobernador electo  Adán Augusto López también ha llamado a la calma.

PARADA ESPECIAL

El grito ha sido unánime desde la sociedad organizada y desde las diversas tribunas de quienes queremos a la UNAM, nuestra Máxima Casa de estudios: fuera porros, fuera violencia, castigo a los agresores y a los autores intelectuales.