Elecciones 2018: Una oportunidad imperdible para cambiar los paradigmas

Elecciones 2018: Una oportunidad imperdible para cambiar los paradigmas

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Elecciones 2018: Una oportunidad imperdible para cambiar los paradigmas

Orador oficial en el 107 Aniversario del Inicio de la Revolución Mexicana, el presidente municipal de Centro, Gerardo Gaudiano, valiente y audaz, apuntó varios de nuestros puntos débiles como sociedad: La falta de unidad, no enfocar la actividad política hacia la resolución de la pobreza y la exclusión, la escasez de solidaridad y la falta de oportunidades de superación personal y colectiva. Verdades como puños que merecerían nuestra reflexión y desde luego aprovechar las elecciones de 2018 para comenzar a construir una nueva sociedad. Si bien es cierto que “somos muchos más los que creemos que cambiar es posible” lo que ocurre es que no estamos organizados, ni acertamos con nuestro voto hacia quienes aparentemente están capacitados para poner en marcha los mecanismos necesarios para crear nuevos paradigmas. En todo caso el recordatorio es necesario y conveniente en estos tiempos de definiciones. De nada sirve quejarse de nuestro pasado, y más bien hay que mirar hacia adelante. Pero como nunca, es la hora de elegir muy bien a quien le vamos a proporcionar nuestra confianza en los diferentes cargos que se juegan en el 2018, porque una buena capa de honorabilidad todo lo tapa, pero surge alguien, de pronto, que tira de la capa y descubre que el encapuchado la usaba para encubrir sus más íntimos productos fisiológicos. En todo este batiburrillo nos han convertido a los periodistas en redactores de nota roja, que es un buen camino para aprender el oficio, pero no debe ser obligatorio. Contar lo cotidiano y rescatar del olvido algunos sucesos es la misión de los escribidores. Un oficio humilde que exige tenacidad, pero que ahora nos obliga a la monotonía. Tenemos que evitar que, como siempre, se apoderen mañana unos nuevos golfos, más o menos egregios, de los telediarios, de las emisoras y de las portadas de los periódicos escritos, que son donde más duran, porque los papeles, como los sueldos, son recortables. Aunque no haya mucho de donde elegir siempre podemos buscar entre los jóvenes que por probabilidad no tienen tanta cola que les pisen evitando caer en el canto de sirenas de los que dicen encontrarse en excelente disposición para sacarnos del atasco en el que ellos nos han metido.

Por Antonio López de la Iglesia