En contraparte

En contraparte

Muy pocos entienden la “magnanimidad” de AMLO, la mayoría son fervorosos creyentes de que no habría mejor golpe de autoridad y catadura moral que el enjuiciamiento de Peña Nieto y compañía, sería el estandarte más ad hoc al “nadie al margen de la ley, nada por encima de la ley”, nos aseguraba esto un recalcitrante miembro de MORENA y que ha seguido por años a López Obrador.

Pero, ¿Cuál es la estrategia de Andrés Manuel? ¿Será elogio reconocerle a Peña el no haber intervenido en las elecciones? No quiso o no pudo, ante la furia y fuerza ciudadana, ante el aborrecimiento generalizado, ¿Será ello lo que quiere hacer notar el tepetiteco?

Nunca antes el tabasqueño había reconocido la vocación democrática del presidente saliente, lo fustigó en 2012 y recientemente en la elección del estado de México, ¿Qué cambió en el mexiquense? ¿Por qué cambio la visión de AMLO?

En contraparte, hay quienes en la desesperación acusan que en el denominado  “año de Hidalgo” y ante el “perdón si, olvido no”, los funcionarios, servidores públicos salientes están llevándose todo lo que se pueda (y queda) sabedores de que no habrá persecución ni venganza; pero se les olvida a casi todos que un poder autónomo tendrá la carga de hacer valer el imperio de la ley, el Poder Judicial (ese en el que cobran jugosos salarios) deberá asumir su responsabilidad constitucional e histórica para recibir los expedientes e integrar investigaciones pulcras, serias y llenas de todo lo que el debido proceso enuncia. Quizá allí descanse la magnanimidad del líder, que arropado por la legitimidad de 30 millones de votos, confía en que la maquina bien aceitada y sin intervenciones dolosas ni tendenciosas, harán lo que sus facultades y responsabilidades demandan.

Cierto es también que en la mirada que le provee López Obrador a Peña se puede notar la condescendencia hacia un hombre que no quiso ser parte digna y sobria de la historia nacional, que a pesar de haber conseguido una cohesión sin precedentes con la oposición, no pudo hacer triunfar sus reformas ni “socializarlas” a cabalidad; que han calado hondo los golpes propinados por casos emblemáticos como los 43 jóvenes de Ayotzinapa, Tlatlaya, Tanhuato, Apatzingán, la estafa maestra, Odebrecht, los Papeles del Paraíso, la triangulación de recursos de Sedesol, el socavón del paso Express, el endeudamiento más alto de la historia, los gobernadores abusivos que encarnaban el nuevo PRI y fallaron; que Enrique Peña Nieto acude a la cita con la historia como un hombre que alcanzo la gloria y utilizo el caminar en esta para dilapidar su imagen, su legado y su nombre.

Zarpazo. Los diputados electos debutantes sabrán cómo se califican las cuentas?  Algunos ya andan en la declaratitis que serán los verdugos. Sabrán donde están parados y que tienen limites.