En el horizonte del egoísta

La semana pasada en el encuentro editorial de la trigésima quinta Feria Internacional del Libro de Guadalajara, en la mesa moderada por Carmen Aristegui “igualdad y libertad”, se contó con las intervenciones de ingeniero  Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y José Luis Rodríguez Zapatero; ahí, el líder michoacano manifestó algunas diferencias con el gobierno de Andrés Manuel López Obrador. 

A pregunta de Carmen Aristegui sobre su balance del actual gobierno, éste señaló que los resultados se miden por logros y su impresión es de que en el aspecto económico no se ha revertido la tendencia de cuatro décadas; esto es, que desde su percepción, la economía nacional conserva un comportamiento similar al de los gobiernos de Miguel de la Madrid, Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña. Muy desalentadoras noticias, como si se nos estuviera vendiendo la política del gato pardo.

Tal vez para Cárdenas los cambios propuestos para direccionar la economía, particularmente en el sector energético, debiera continuarse con su desmantelamiento y seguir acomodando las leyes a los intereses del extranjero. El corredor transístmico, proyecto que estuvo bajo la congeladora durante los sexenios referidos y que jugarán un papel impulsor de la economía en la región no se alcanzan a mirar, o los proyectos del sureste y del nuevo aeropuerto se pierden en el horizonte del egoísmo.

Que faltan resultados, es cierto; pero todo proyecto cuenta con un periodo de inversiones y ejecución, así como otro de evaluación y alcance de las metas. En un país como el nuestro u otro, los resultados no son en el corto plazo, no olvidemos que hay toda una superestructura que responde a los intereses de quienes ostentaron el poder y soportan muchos beneficios de los que aún pueden estar gozando, he ahí las razones, porqué la batalla es encarnizada y sus deseos de recuperar el poder no cesarán hasta cortar de tajo a quienes se creían dueños del territorio mexicano.

Que no hay propuestas, en este renglón es muy clara la idea: combatir a la corrupción y apoyar a los pobres; revertir el modelo de apoyo directo a los empresarios desde donde “permearía” a la clase trabajadora, olvidándose de quienes por diversas razones no se encuentran activos en el sector laboral. 

¿Acaso el trato que recibe nuestro actual mandatario es el mismo al que recibieron los tres últimos gobiernos, de nuestros vecinos del norte?, para nada. Se ha venido delimitando el intervencionismo en los asuntos internos y bajo ningún concepto se ha permitido la intromisión para legitimar al mandatario en turno. El respeto a la soberanía es real y la inversión extranjera que entra a nuestro país no responde a componendas y condicionante alguna, hay un Tratado entre los tres países del norte que define los ámbitos de acción y reglas del comercio y los servicios.

Los principios de política exterior se han hecho valer y se les ha dado la voz a los pueblos hermanos; además de proponer proyectos y programas de acción para contener la marginación y migración de los pueblos centroamericanos en desventaja y olvidados por los más poderosos.

Con esto, no queremos decir que todo son aplausos. La violencia e inseguridad es un pendiente donde se continúan instrumentando acciones y el avance en algunos reglones parecieran imperceptibles. Sin embargo, los hay y el compromiso está hecho; por él desempleo es cosa de actualizar sus datos y no olvidar que la pandemia no ha concluido, las amenazas de algunos empresarios de abandonar el país es latente, no tanto por una condición crítica. Sí para presionar y continuar gozando de las ventajas convenidas y de la corrupción a la que estaban acostumbrados.

Lo de la educación lo dejaremos para un espacio más adelante. Por lo pronto esperemos la desbandada de empresarios que se preparan para emigrar no se hacia dónde ni cuándo, porque hay otros que seguramente saben jugar limpio y esperan la oportunidad que les ofrece el mercado del norte con tres potenciales países que están echando para adelante.