La razón del debate electoral
09/08/2022
El debate dicho de manera muy breve, es la confrontación de diferentes puntos de vista e ideas entre dos o más personas
El debate dicho de manera muy breve, es la confrontación de diferentes puntos de vista e ideas entre dos o más personas, sobre un tema y en materia electoral es una vertiente de la comunicación política donde se carean ideas, programas y plataformas electorales de las candidaturas para un cargo de elección popular.
En el mundo, el debate electoral es joven y comenzó como tal en EE.UU. en 1960, donde inmediatamente después tuvo una pausa de 16 años, hasta ser retomado en 1976. Es producto de la democracia y surge para procurar ensancharla e inyectarle vitalidad, con el propósito de que el electorado y la sociedad cuente con más y mejor información respecto de las candidaturas que compiten para un cargo específico de elección popular, a efecto de que ayude al cuerpo electoral a tomar su decisión en la emisión individual del voto.
El debate es un ejercicio de transparencia y de libertad de expresión de las candidaturas, que contribuye a la civilidad política, donde estas muestran facetas que de no ser así no serían visibles o si acaso se asomaran, lo harían de manera muy tenue a través de la propaganda electoral, los mítines, los spots de radio y televisión, las pancartas, las visitas domiciliarias o cualquier otro tipo de acercamiento o contacto con la sociedad.
Independientemente de la finalidad que tienen los debates y del objetivo de quienes los encarnan, permite a las candidaturas la posibilidad de mostrar fortalezas, aunque también existe el riesgo como en todo acto de la vida de evidenciar debilidades que para el elector son importantes conocer, a fin de orientar de forma adecuada su decisión, que tiene trascendencia para la vida individual y colectiva.
Hasta ahora no se sabe con precisión el grado de influencia del debate en el electorado, ya sea para reafirmar la decisión tomada previamente al mismo, modificarla o inclinarla en el caso de los indecisos, o para motivar el ejercicio del voto en la franja abstencionista; sin que ello implique duda sobre la importancia y peso que tiene en quienes ejercen el derecho al voto.
Sin embargo, ganar un debate no es sinónimo de triunfo en la elección como tampoco perderlo equivale a fracasar en las urnas. Lo cierto es que por sí mismo no conduce a ninguno de éstos dos escenarios, ya que forma parte de un conjunto de elementos cuya combinación determina el sentido final del voto; pero más allá de esto y de los legítimos cálculos que hagan candidaturas y partidos políticos, lo valioso es que la exposición de las candidaturas a través de este tipo de ejercicios, contribuye a mejorar el ambiente democrático y permite al ciudadano, contar con información adicional relevante.
Del desenlace y efectos del debate hay ejemplos claros. En 1994, nuestro país organizó el primer debate (vale subrayar, en tiempos de camino hacia la autonomía de la autoridad administrativa electoral ocurrida en 1996) y quien lo ganó fue el candidato del PAN, Diego Fernández de Ceballos; sin embargo, quien triunfó en las urnas fue el candidato del PRI, Ernesto Zedillo.
A la inversa, en 1980, en la elección presidencial de EE.UU., el candidato del Partido Demócrata Jimmy Carter, llevaba antes del debate la delantera en las preferencias electorales, pero éste lo ganó el candidato del Partido Republicano Ronald Reagan, quien también triunfó en la elección presidencial.
En México, es obligatorio para las autoridades administrativas electorales en su ámbito de competencia, organizar los debates de las candidaturas a Presidente de la República y de las gubernaturas y Jefatura de Gobierno en las entidades federativas, como también a promoverlos para los demás cargos de elección popular, en los que en ningún caso están obligados a participar quienes contienden.
La organización de los debates no es actividad exclusiva de las autoridades electorales, por lo que también pueden ser organizados por los medios de comunicación, las instituciones académicas, la sociedad civil y las personas físicas o morales, bajo la supervisión de la autoridad electoral competente, ante quien están obligados a comunicar su intención, demostrar que invitaron a todas las candidaturas que contienden para el cargo, que la transmisión es gratuita, que sólo podrá tener lugar si están presentes por lo menos dos de las candidaturas y que existan condiciones de equidad en el formato que debe garantizar imparcialidad, independencia y neutralidad.
Los debates electorales nada más son susceptibles de acaecer durante las campañas y para la Presidencia de la República, la legislación electoral nacional prevé organizar dos, mientras que en Tabasco la norma electoral exige para la gubernatura, uno; los cuales deberán ser transmitidos por las estaciones de radio y televisión de las concesionarias de uso público nacional y local, respectivamente; así como también en por lo menos una de las señales radiodifundidas que tenga una cobertura mínima del 50% del territorio nacional, cuando se trate de debates por la competencia de la titularidad del Poder Ejecutivo Federal.
En este tenor es de referir que en el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Tabasco, en la elección intermedia de 2021, aun cuando sólo está obligado por ley a organizar un debate cuando haya elección para la gubernatura; con el ánimo y la finalidad de ampliar la exposición de los contendientes para que la ciudadanía conociera más sobre ellos y estuviera mejor informada, por primera vez a propuesta de quien escribe esta columna, se creó la Comisión Temporal de Debates, que presidió el Consejero Hernán González Salas, propuesto a las consejerías electorales por la Consejera María Elvia Magaña Sandoval.
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