En Tabasco se acabaron las simulaciones y los chantajes políticos de grupos

Hay un evidente error de percepción por parte de algunos grupos que ostentaban tradicionalmente el poder

En Tabasco se acabaron las simulaciones y los chantajes políticos de grupos

Hay un evidente error de percepción por parte de algunos grupos que ostentaban tradicionalmente el poder, de que es lo que está pasando en Tabasco. En Tabasco hemos visto durante décadas distintos tipos de gobiernos personalistas, pero todos con el sello priista, y que en nombre de los electores han dicho que “buscarían el bienestar del pueblo”. Los resultados los tenemos a la mano: Una bolsa abundante de pobres, miles de millones de pesos desperdiciados, una educación desprovista de capacidades para enfrentar un milenio basado en “la riqueza del conocimiento” y una inseguridad rampante que ha llevado a colocar a la violencia como uno de los ejes centrales del debate sobre nuestra democracia y acaso, su mayor amenaza. El resultado ha sido malo. Convengamos que podríamos haber dado mucho más que lo que dimos y que, detrás de esta frustración colectiva que lleva a muchos a buscar soluciones mesiánicas, autoritarias o populistas, se esconden cuestiones básicas de entender el poder y el gobierno para un propósito particular o grupal por un lado, y colectivo y amplio por el otro. Con nuestra riqueza petrolera y nuestra agua hemos  sido  a  lo  largo  de  este  tiempo  un estado  de  oportunidades  desperdiciadas, de entusiasmos no comprendidos por los electos e incapacidades de los electores de presionar para lograr resultados favorables que hagan que su elección haya valido la pena. La pregunta sobre ¿para qué acceder al poder sin ideas claras de cómo hacer que la ilusión de la gente se torne en realidades concretas? ¿Qué ha pasado a lo largo de estos años con los partidos políticos?  ¿Qué  ha  fallado  para  que  la  democracia generara tanto entusiasmo pero con tan pocos contrapesos? Todas estas interrogantes las supo enfrentar y darle respuestas el binomio AMLO-ADAN que abordaron la desilusión de los demócratas con la audacia de VARIOS grupos o partidos y decidieron operar en el vacío con MORENA, en el mismo espacio que habían dejado las agrupaciones políticas por no estar a la altura de las demandas de la gente. Y desde hace casi tres años no han parado de producirse los cambios que todo indica serán para siempre. Una tras otra, en la Cámara de Diputados tabasqueña, se van aprobando las leyes que acabaron con las simulaciones, con los chantajes políticos de grupos y con los privilegios de unos pocos lobos disfrazados de demócratas.  Hemos vivido en una notable contradicción de poseer innumerables riquezas naturales, por un lado, y asistir impávidos a una fragmentación social con altísimos costos económicos, políticos y sociales en una muestra dolorosa de un estado que no ha podido, hasta la fecha, encontrar salidas creativas que acaben con la desigualdad social, la pobreza, la corrupción, el desgano y la falta de incentivos a la producción que rodea la vivencia cotidiana de cientos de miles de chocos. Es  imperioso  parar definitivamente el proceso de degradación de la democracia en Tabasco, que  ha  llevado  a  esta  situación  donde el derecho a la participación no pasa de ser un fetiche y que la receta de perder el tiempo haciendo lo que se pueda, mientras se distrae a la gente, figura como un mecanismo inventado por los priistas y reproducido en todo México. La política en su ejercicio pasó a ser un negocio y por eso fue superada por la realidad. Y ahora los que no entiendan rápido más temprano que tarde se darán cuenta de la urgencia de que se reinventen.