En un año no vamos a reconocer a México: Lo difícil y lo fácil para Adán Augusto López

En un año no vamos a reconocer a México: Lo difícil y lo fácil para Adán Augusto López

A la vista de cómo va a cerrar el, año y la administración saliente, el Gobernador Electo, Adán Augusto López Hernández, no lo va a tener fácil al inicio de su sexenio. Aún contando con la grandísima ventaja de tener un Presidente de la República Tabasqueño tendremos que ajustarnos a unas reglas de operación mínimas para toda la nación, y por tanto tendremos que “hacer la fila” para el reparto de los recursos, como todo el mundo, aunque al final nos beneficiemos un poco más por ser “los consentidos de AMLO. No hay que descartar situaciones de emergencia que justifiquen una intervención de ayuda casi humanitaria para Tabasco, pero para el día a día tendremos que someternos a las reglas del juego que se marquen para todos los estados de la Federación. Sin embargo, comenzado el gobierno de Adán Augusto López las cosas vendrán mucho mejor y se notarán de inmediato ya que cualquier cosa que se haga desde el gobierno de MORENA, a como estamos de penurias y escaseces, se considerará una bendición de Dios hecha milagro. Es decir con muy poco que se haga bien, se marcará una diferencia sobresaliente con lo que se va a ir. Una nómina pagada a tiempo, un apoyo a un pequeño empresario…unos cuantos detalles de esta naturaleza marcarán de forma inmediata la diferencia entre una y otra forma de gobernar y estimularán aún más si cabe la ilusión y la esperanza que miles de tabasqueños tenemos en que esto cambie en serio. Sin simulaciones que irremediablemente conduzcan a la decepción. Si además, conforme se vayan dando las circunstancias, se crean empleos y mejor pagados, si funciona la instalación de la Refinería y de la SENER, empresarios y ciudadanos vemos transformarse de una vez por todas a Tabasco como un estado moderno y con futuro, tendremos MORENA para décadas en nuestro estado. PRD y PRI se debaten en estos días en avizorar cuál será su destino en este escenario más que probable, porque significaría prácticamente su desaparición o su enquiste como organizaciones políticas simbólicas, pero sin ninguna opción de tocar poder ni a medio ni a largo plazo. Principalmente los perredistas se están acercando en “formación hormiga” a las filas de MORENA estudiando las posibilidades de su integración aunque sea un poco tarde. Y no hay que ser un adivino privilegiado y preclaro para ver que los priistas van por el mismo camino. En todo caso las muestras de buenos deseos de unos y de otros para el nuevo gobierno de Adán Augusto López son abundantes y son de agradecer, porque por primera vez en muchos años parece que todos queremos remar en el mismo sentido abonando la reconciliación que generosamente se pregona desde las filas de los vencedores. Nunca se había visto algo así y de ahí los recelos que parece que se están extinguiendo al comprobarse que no son palabras huecas los llamados a la reconciliación sino un compromiso real y sincero. Muchos no pueden creerse lo que están viendo. Ni lo que les queda que ver. Recuerdo que cuando llegó el PSOE al poder el vicepresidente de aquel gobierno, Alfonso Guerra, dijo una frase que se quedó grabada a fuego en el imaginario popular: “En un año no va a reconocer a España ni la madre que la parió”. Y así fue y todo parece indicar que aquí y ahora en México va a ser igualito.