Esta historia está en una página de Facebook (Edén del Sureste). El encabezado dice: “Evita Guardia Nacional que adolescente tabasqueña viaje a Guatemala a conocer a ciberamigo”.

Fue un taxista quien dio aviso a las autoridades. Dijo que había dejado a una menor en el aeropuerto internacional de Villahermosa con destino a Guatemala. Luego vino un operativo, el cual evitó la salida.

El pretexto de la niña fue que ya estaba cansada de tantos problemas familiares y había conocido a una persona por internet, quien la invitaba a viajar.

Casos como estos suceden en distintas partes del mundo. Jovencitas engañadas por personas adultas disfrazadas de menores y que sólo buscan, en su mayoría, explotarlas sexualmente.

¿Es esta época? ¿Es la globalización? Las redes están en todas partes, y no se tiene cuidado con ellas. Hay un desorden que está provocando cientos de secuestros virtuales, y hasta muertes de menores.

Miles de sujetos andan a la caza detrás de un monitor. A la espera de obtener ese resultado que crea una relación para “invitar” a salir de casa, solas…

Como padres, las preguntas que surgen son: ¿debo dejar que mi hijo utilice las redes sociales? ¿En qué medida? ¿A partir de cuándo? Son preguntas lógicas y cuya respuesta no es sencilla, por ello es conveniente estudiar los aspectos positivos de las redes sociales y los riesgos a los que puede estar expuesto el adolescente al utilizarlas.

Pero no todo está perdido. Sobre las redes podemos comentar que sin ellas hoy la comunicación, al menos quienes tienen familiares lejanos, no podrían comunicarse más fácil.

Sin embargo, existe algo de máscaras, lo que lleva al peligro. Los mayores descuidos se dan cuando no hay una supervisión puntual. Dejamos en plena libertad a los niños y adolescentes. Y en lugar de ayudarse con esas herramientas para sus tareas, desvían el camino tecnológico.

¿Cuántas veces les hemos dicho a nuestros hijos que limiten su identidad y privacidad? Son situaciones difíciles, porque de la mano viene la educación, la formación familiar, ¿y si no existe?, ¿quién ordena?, ¿quién coloca la lupa?

Al presentarse un núcleo familiar fracturado, será más complicado tener control de la situación.

La mejor arma o herramienta es y será la supervisión, que vaya de la mano de la comunicación y entendimiento.

La madurez se vendrá dando con el tiempo. Hasta entender que las redes pueden ser amigables, pero también enemigas si se usan de manera inadecuada.

Ahora, educar desde el miedo o el peligro no creo que dé buen resultado. Los adolescentes están viviendo más que en el presente y no miden los riesgos, la repercusión que pueda tener el enviar su información o una fotografía no tiene límite. 

Por esa razón la alerta debe estar siempre encendida. 

PARÉNTESIS

Desde este espacio nos unimos a la pena que embarga a la familia del doctor Ramiro Guerrero, a quien conocí por circunstancias personales, y de quien puedo hablar sobre su humanismo, buen humor, profesionalismo en todos los sentidos. En una sola ocasión pude descubrir esas cualidades, luego (por la pandemia) todo se dio vía telefónica. Descanse en paz doctor. (kundera_w@hotmail.com)