Enrique de la Madrid: una pica en Flandes

Enrique de la Madrid: una pica en Flandes

Pocas cosas se habían extrañado tanto en el debate de la mariguana como una voz oficial hablando con claridad sobre la legalización del consumo recreativo de la hierba.

Lo ha hecho el secretario de Turismo, Enrique de la Madrid, proponiendo, en defensa del mercado que está bajo su responsabilidad, que se permita el consumo recreativo en Baja California Sur y Quintana Roo.

De la Madrid ha puesto una pica en Flandes. Ha dicho las cosas más atrevidas y, a la vez, las más sensatas que pueda decir una autoridad mexicana en estos días, cuando la legalización de la cannabis se extiende por Estados Unidos.

“México es tan grande”, dijo De la Madrid, “que deberíamos pensar en ejercicios diferenciados. Así lo han hecho en Estados Unidos, donde, a pesar de que, a nivel federal, sigue prohibido el tema del consumo y la producción de mariguana, es un hecho que en diferentes estados, como en California, ya se legalizó para fines médicos y recreativos. Es absurdo que como país no demos ya ese paso”.

También dijo:

“Me gustaría ver qué se puede hacer en Baja California Sur y en Quintana Roo, los dos principales destinos de México, que no tienen que ser víctimas de la violencia de un trato inadecuado del problema de las drogas en México”.

Item más:

“Nos haría un enorme daño perder esos destinos turísticos por temas de combate al narcotráfico. El hacer legal, no solamente el consumo,  sino la producción y venta de la mariguana, que no de otras drogas, contribuiría junto con otras acciones a destinos más seguros”.

Otro tanto:

“Lo que no se justifica es que un consumidor vaya a dar a la cárcel porque consume mariguana. Lo que no se justifica es que sea víctima de extorsiones porque consume mariguana. Es un absurdo”.

Finalmente:

“Tampoco creo yo que se justifique desviar recursos de escuelas y de hospitales para combatir un crimen que, científicamente hablando, la mariguana es mucho menos dañina que el alcohol y que el tabaco”.

No hay una sola mentira en estas declaraciones. No proponen nada que no se haya practicado ya en el país vecino, por cuya presión libramos hace tantos años nuestra desdichada guerra contra las drogas.