Escala Crítica

Tabasco, Veracruz y Chiapas, en el arranque de las políticas del “gobierno del bienestar”

*Apuesta López Obrador a una colaboración regional de los gobiernos

*Aprovechas los recursos naturales para un modelo económico alternativo

*Bloque morenista: Adán Augusto, Cuitláhuac García y Rutilio Escandón

Víctor M. Sámano Labastida

CUANDO Andrés Manuel López Obrador integró en el 2006 el gabinete del “gobierno legítimo”, una de las carteras anunciadas fue la Secretaría del Bienestar. No era un guiño caprichoso, sino que formaba parte del sello de una política que había venido aplicando desde que estuvo como delegado del Instituto Nacional Indigenista (INI), en Tabasco y que marcó después también la ruptura en 1988 con el modelo neoliberal.

Siendo Jefe de Gobierno del Distrito Federal (2000-2005), su mayor preocupación fue poner en práctica un paquete de programas sociales. Puede afirmarse que buscaba y busca recuperar la orientación que caracterizó durante varias décadas los momentos estelares del llamado régimen de la Revolución Mexicana, en lo que los teóricos definieron como “el Estado Benefactor” (Octavio Paz lo bautizó como “el Ogro Filantrópico”).

IZQUIERDA CON EL PIE DERECHO

PUES BIEN, ayer estuvo en Villahermosa la futura titular de la Secretaría del Bienestar Social, María Luisa Albores González Blanco, junto a sus colaboradores en la dependencia, el senador Javier May Rodríguez y Ariadna Montiel, esta última próxima subsecretaria de Programas Sociales y Atención a Grupos Vulnerables.

También acudió Adelfo Regino Montes, quien estará a cargo de Instituto Nacional de Pueblos Indígenas (Inapi), que encabezará la 132 coordinaciones regionales indígenas, que se sumarán a los coordinaciones estatales (antes delegaciones federales), con cobertura en las 300 demarcaciones distritales del país.

La intención del encuentro en Tabasco, se dijo, fue explicar los motivos y las primeras acciones de los programas sociales del gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Estas tareas, anunció, comenzarán en las regiones más pobres del país, especialmente en  Chiapas, Tabasco y Veracruz, así como en Yucatán, Campeche y Quintana Roo, en la región que abarca la ruta del Tren Maya.               

Resultó revelador que en el acto convocado por González Blanco estuvieran presentes los gobernadores electos de Tabasco, Adán Augusto López; de Chiapas, Rutilio Escandón Cadenas y de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez. Los tres surgidos de Morena, el partido de López Obrador. Esto nos confirma que habrá una acción conjunta y que AMLO estará especialmente atento de las políticas (fondo y forma) que se apliquen en las tres entidades.

APRETAR EL PASO

RECORDEMOS que en Campeche, Yucatán y Oaxaca, los gobiernos están a cargo de militantes del PRI; Quintana Roo es encabezada por una administración surgida del Frente integrado por el PAN y PRD. Sin embargo, en este último caso, podría decirse que el perfil de Carlos Joaquín González, está mucho más cercano al lopezobradorismo que al tricolor.

En este sentido, no resulta casual que el evento encabezado por González Blanco (que también lleva los apellidos Ortiz Mena)  se halla denominado “Nuevo Enfoque de la Política Social 2018-2024, Construyamos Juntos el Bienestar de México”. Como no resulta casual que se presentara como una oportunidad para el sureste. De hecho, puede afirmarse que la región (incluyendo a Oaxaca) deberá ser el motor de la propuesta alternativa de desarrollo impulsada por López Obrador.

Dijo Adán Augusto: “Es la hora del sureste, es la hora de la regionalización del país, del fortalecimiento de las regiones y el sureste no puede ser la excepción, yo agradezco como tabasqueño y como habitante de esta región, que el eje de la transformación del país, que es la política social, tenga como punto de partida a nuestros estados”.

De lo que se trata, como ha insistido López Obrador y como lo expresó López Hernández, es lograr integración del sur-sureste al desarrollo nacional. Históricamente, la región ha aportado los recursos naturales para el crecimiento industrial de otras zonas. En especial el petróleo. Como se puede prever, el siguiente recurso en disputa será el agua, lo mismo que el territorio.

Para lograr revertir el rezago en la región, los pueblos y gobiernos del sureste deberán a apretar el paso, caminar más aprisa que los que ya llevan una enorme ventaja; sin embargo, es también la posibilidad de ensayar una nueva vía. Para esto requiere sacudirse las inercias y las viejas prácticas de un esquema patrimonialista del poder público. Hacerlo verdaderamente público.

El tema de las políticas de bienestar, el Estado Benefactor y la confrontación con el modelo neoliberal o concentrador, amerita una revisión a fondo.

AL MARGEN

ADELFO Regino, quien estará a cargo de las políticas para los pueblos indígenas, es un reconocido activista. Aunque ya venía laborando antes en la causa de los pueblos originarios en Oaxaca, atrajo los reflectores durante el alzamiento zapatista en 1994 (Chiapas), por los casos que litigó; cuando sucedió la represión al movimiento magisterial en 2016 (Nochixtlán, Oaxaca), en protesta renunció a la Secretaría de Asuntos Indígenas del gobierno oaxaqueño.

AL EVENTO de los gobernadores morenistas del Sureste con los futuros funcionarios de la política del bienestar acudierton la ex diputada María Luisa Somellera Corrales, el exdiputado del PRD José Antonio de la Vega Asmitia y la expresidenta de Morena, Jesusita López, quien estará a cargo de una de las coordinaciones regionales que presidirá a nivel estatal Carlos  Merino. (vmsamano@hotmail.com)