OPINIÓN

Escrutinio y cómputo electoral
07/06/2022

La jornada electoral es una etapa crucial del proceso electoral para partidos y candidatos, porque verdad de Perogrullo

La jornada electoral es una etapa crucial del proceso electoral para partidos y candidatos, porque verdad de Perogrullo, en ésta la ciudadanía sufragante determina el triunfo de quienes compiten para integrar el o los poderes que están en juego, así como también en su caso de los ayuntamientos. En ella se encuentra inserta la fase del escrutinio y cómputo, que se realiza en cada casilla electoral instalada para recibir el voto que define quien gana y quien no; por eso, se convierte en el momento de mayor trascendencia e importancia del proceso electoral.

Todos los esfuerzos que tanto partidos como candidatos realizan en las campañas desembocan en la jornada electoral, y la calificación y conteo de los votos en la casilla se transforma por lo general en momento decisivo, sin que eso esa obstáculo para que en alguna de las fases siguientes por diferentes razones de orden legal, pueda haber modificación en los resultados que diera el triunfo a otro partido o candidatura.

Escrutinio y cómputo tienden a confundirse como si fueran lo mismo e incluso el lenguaje coloquial, salvo excepciones, no repara en diferencia alguna. Entenderlo como sinónimo, es tautológico en virtud de constituir ambos términos un binomio, que como tal, sin distinción de cada uno de sus componentes sería contradictorio.

La definición de escrutinio que proporciona el Diccionario de la Lengua Española, como el “examen y averiguación exacta de algo para formar juicio de ello” y cómputo como “cuenta, cálculo”, ayuda mucho a distinguir la diferencia entre ambos términos en la materia electoral y permite dilucidar la expresión escrutinio y cómputo

Así, mediante el escrutinio se analiza e investiga algo para determinar su naturaleza, características y condiciones, lo que hace posible su diferenciación con los demás elementos y eso es lo que ocurre en las Mesas Directivas de Casilla o Mesas Receptoras de votos, donde se separan los votos nulos, los votos emitidos, los ciudadanos que votaron y las boletas sobrantes; es decir, mientras el escrutinio ve cualidades el cómputo ve cantidades.

La disección de la ecuación escrutinio y cómputo permite apreciar de mejor manera sus diferencias y facilita su comprensión, pues en realidad son simbióticos; el primero  lleva al otro, si bien el cómputo puede estar “solo” cuando únicamente contabiliza los resultados de las actas, sin dejar de considerar que el escrutinio en todo momento está presente de manera latente o manifiesta en éste, al ser, por decirlo de alguna manera, el sustento y el alma en el proceso de determinación de los resultados. Por sí solo y de forma aislada dice muy poco el escrutinio, pero con el cómputo cuadra en ecuación y entonces adquiere sumo interés e importancia, al combinar cualificación y cantidad en una sola expresión.

El recuento de votos puede ser parcial o total y remite al escrutinio debido a que se hace la misma operación primaria realizada en la mesa receptora de votos, con la salvedad de que en esta parte, ya hay clasificación de lo que se tiene que escrutar y de acuerdo con nuestra legislación electoral, la primera parada donde esa posibilidad existe es en el cómputo distrital, susceptible de continuar ocurriendo en cualquiera de las siguientes etapas de la cadena impugnativa ante el órgano jurisdiccional correspondiente, donde vale destacar al respecto que prima el principio de que las casillas que hayan sido contadas  no vuelven a abrirse para ser objeto de recuento.

Algunos de los supuestos del recuento son que la diferencia del porcentaje de votos entre el primer y segundo lugar sea del 1% o menos y en este caso es total; que los votos nulos superen la diferencia de votos obtenidos por el primer y segundo lugar; así como también que no exista el acta en el paquete electoral y tampoco esté en manos del presidente de la casilla, sin que haya alguna otra forma de solventar el hecho.

El cómputo está presente de manera manifiesta desde la mesa directiva de casilla, y continúa en el consejo distrital donde adquiere relativa “autonomía”, si así puede denominársele, para pasar en su caso por otras instancias jurisdiccionales hasta la Sala Superior del Tribunal Electoral Federal, en la elección de presidente de la República, pues como instancia máxima y última en materia electoral, es la responsable de realizar el cómputo de esta elección, emitir el dictamen y declarar el resultado de la misma.

En cada una de sus etapas el cómputo en primera instancia es contabilización y suma de votos en la casilla, para pasar después a la suma de resultados de las actas en los distritos y así sucesivamente; sin dejar de considerar que el escrutinio está implícito a partir del cómputo distrital en todas las fases, pues en las mesas directivas de casilla nace y en el recuento es evidente.



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