OPINIÓN

Estabilidad Monetaria en México
06/05/2025

Del FOBAPROA a la actualidad

La estabilidad del peso mexicano y la solidez del sistema financiero actual son el resultado de décadas de aprendizajes, errores y reformas. Desde el rescate bancario del FOBAPROA en los 90 hasta la autonomía del Banco de México, México ha construido barreras contra crisis pasadas. Exploremos entonces el viaje de una economía que transformó el trauma en resiliencia (con todo por la inacción de los grupos de poder).

La crisis que nos transformó.

En 1995, tras la devaluación del peso y el "error de diciembre", México enfrentó una crisis bancaria sin precedentes. Decenas de instituciones quebraron, y el gobierno creó el Fondo Bancario de Protección al Ahorro (FOBAPROA) para absorber deudas impagables y evitar un colapso sistémico. Sin embargo, su legado fue polémico:

  • Socialización de pérdidas: USD 73,775 millones (nuevo monto revelado por la presidenta Claudia Sheinbaum, equivalente a USD 667.5 mil millones actuales, con una inflación acumulada del 805% con datos del INEGI de enero de 1995 a marzo de 2025) en deudas privadas se convirtieron en deuda pública, cargando a generaciones futuras.
  • Falta de transparencia: No hubo auditorías claras, lo que alimentó desconfianza en las élites políticas y empresariales.
  • Reforma institucional: El FOBAPROA dio paso al Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB) en 1999, que profesionalizó la protección de depósitos (hasta 3.38 millones de pesos por cuenta en 2025).

Este episodio enseñó que un sistema financiero frágil y opaco es una bomba de tiempo. Hoy, las políticas monetarias y regulatorias están diseñadas para no repetirlo.

¿Qué cambió?

La estabilidad actual se sostiene en cuatro pilares, resultado directo de las crisis históricas:

1.     Autonomía del Banco de México (1994)

o    Banxico ya no es una extensión del gobierno. Su mandato es claro: controlar la inflación (meta del 3% ±1%) mediante tasas de interés, sin financiar déficits públicos. En los 80, la inflación superó el 100%; hoy ronda el 4.5%.

2.     Régimen de tipo de cambio flexible (1995)

o    Tras el colapso del peso en 1994, México abandonó los tipos de cambio fijos. Ahora, el mercado determina el valor del peso, amortiguando shocks externos. En 2008, esta flexibilidad evitó una crisis como la de los 90.

3.     IPAB y regulación bancaria estricta

o    El IPAB, a diferencia del FOBAPROA, protege a los ahorradores sin rescatar bancos. Se financia con cuotas de las instituciones financieras, no con impuestos.

o    La Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) exige a los bancos capitalización sólida y realiza pruebas de estrés para prevenir riesgos.

4.     Deuda responsable y reservas internacionales

o    México acumula USD 237,299 millones en reservas (marzo, 2025), un colchón para emergencias. Además, el 82.8% de la deuda pública es en pesos, reduciendo vulnerabilidades cambiarias.

¿Es infalible el nuevo orden?

Los fantasmas del pasado no han desaparecido, pero hoy existen diques de contención:

  • No hay tipos de cambio insostenibles: En 1994, el gobierno gastó reservas defendiendo un peso sobrevaluado. Hoy, la flotación cambiaria ajusta presiones automáticamente.
  • Banca sólida y diversificada: Tras el FOBAPROA, bancos globales (BBVA, Citigroup) inyectaron capital y prácticas prudentes. El IPAB protege a pequeños ahorradores, aunque para proteger a todos requerimos mayor inclusión financiera.
  • Inflación controlada y credibilidad: Los ciudadanos confían en que Banxico no permitirá una hiperinflación, como en los 80.

¿Qué puede derribar los diques?

Ningún sistema es infalible. Estos son los riesgos latentes:

1.     Politización de las instituciones: Si un gobierno debilita la autonomía de Banxico o el IPAB para financiar gasto populista, se reactivarían crisis de confianza.

2.     Shock petrolero extremo: Un colapso prolongado del precio del crudo afectaría las finanzas públicas y estados como Tabasco, donde PEMEX es vital.

3.     Crisis hipotecaria o crediticia: Si impagos masivos en sectores como vivienda (similar a EE.UU. en 2008) superan las pruebas de estrés, los bancos enfrentarían presión.

4.     Shock externo combinado (recisión global + fuga de capitales): Una recesión en Estados Unidos ahuyentaría la inversión de empresas norteamericanas en suelo mexicano, a la vez que afectaría nuestro sector de exportaciones, provocando recesión en estados con economías abiertas (como Nuevo León).

México ha transformado sus crisis en anticuerpos institucionales. El FOBAPROA, un símbolo de opacidad, dio paso al IPAB y una banca regulada. La hiperinflación de los 80 se convirtió en metas claras de inflación. La deuda en dólares se reemplazó por deuda en pesos.

El dinero es estable hoy no por casualidad, sino porque aprendimos que la confianza se construye con instituciones, no con atajos. No importa si lees esto en el 2000, 2025 o en el 2080, mientras el gobierno y la oposición se culpan por la situación actual del país o se ponen las medallas cuando algo sale bien, crecen inflación, inseguridad y desigualdad. Urge dejar rencores y ponerse a trabajar por el bien de México.





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