La estocada

El repudio social se afianza aún más hacia quienes en la arrogancia se asumen como políticos

El repudio social se afianza aún más hacia quienes en la arrogancia se asumen como políticos, presumiendo falsamente que representan los intereses de la voluntad popular. Con excepciones casi extintas, unos son más impresentables que otros desbocados en sus enfermizas ambiciones, aferrados al mando, a la posición. Un interminable listado de personajes demerita la esencia de la política. El caso de Alejandro Moreno Cárdenas, «Alito» evidencia uno de los tantos ejemplos quien igual ha hecho del PRI su reducto.

«Alito» quien mantiene la voz alzada en defensa de la democracia mexicana. Sin embargo, no la practica cuando en una soterrada sesión de Consejo Político Nacional afín a sus intereses y beneficiada le autorizó prolongar su gestión de 4 años, que concluye el 19 de agosto de 2023, hasta pasadas las elecciones de 2024.

El presidente del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Revolucionario Institucional violenta los estatutos que en la literalidad del artículo 178 precisa que «durarán en su función cuatro años», incluido a su secretaria general y demás integrantes de la estructura directiva. Un precepto que no admite ni un día más; razón por la que el acta de acuerdo respectiva de esa sesión de Consejo Político Nacional celebrada el 19 de diciembre de 2022 será fundamental para impugnarle.

La Comisión Nacional de Justicia Partidaria afín o no a Alejandro Moreno Cárdenas deberá revocar la ilegal extensión de su permanencia que trasgrede al principal de los documentos básicos, no tiene alternativa para sostener lo indefendible. Por lo contrario, agotada la instancia interna, al acudir los impugnantes al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, mediante el Juicio Electoral, los magistrados con apego estatutario se pronunciarán en su favor.

Aunque no es el único expediente si se sumará a las varias impugnaciones que hay contra el presidente del Comité Ejecutivo Nacional, destacando Elsu gestión en la gubernatura de Campeche, ventilados sus claroscuros en los «Martes del Jaguar», la emisión de Layda Sansores.

Qué desolador y sin motivos que celebrar este 4 de marzo los 94 años de un Partido Revolucionario Institucional hoy en la decadencia absoluta, ya sin gobernabilidad que presumir en la geopolítica nacional, a excepción de Coahuila y Estado de México, que tendrán elección por estos cargos, en junio próximo. 

La actual es una realidad contraste para el partido político que antaño tuvo control absoluto del país, que con nadie compartió el poder. Ahora venido a menos al grado de ser una mínima expresión no le queda de otra que optar por las alianzas con quienes combatió, además ser satélite de Acción Nacional. 

El PRI que gobernó a los Estados Unidos Mexicanos desde la presidencia de la República durante 71 años, y en su fugaz retorno entre 20012 y 2018, inició su debacle desde aquel 2016 cuando un joven dirigente panista, Ricardo Anaya, le ganó a un rancio Manlio Fabio Beltrones 7 de 12 gubernaturas, e inmediatamente con la vergüenza de la estrepitosa derrota renunció a continuar en el cargo.

Por lo contrario, «Alito» no sólo no renuncia por las derrotas en 14 de las 15 gubernaturas que se eligieron en 2021; en particular los 9 estados que eran de su posesión afín. A saber: Sonora, Sinaloa, Guerrero, Campeche, Tlaxcala, San Luis Potosí; añadiendo en 2022 Hidalgo y Oaxaca. Durango fue cesión de su aliado en Va por México, el PAN.

Aun con nada que celebrar de sus casi 4 años en la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, todavía le entierra más con una gestión intrascendente y totalmente oscura. Este es ya el legado de un personaje gris que traicionó a su militancia y a la coalición legislativa y electoral con el PRD y Acción Nacional, que aun dolidos le otorgaron el perdón, con el beneficio o no de la duda.

El PRI podría llegar al 2024 con un riesgo muy alto de perder el registro como partido político nacional para pasar a tener una presencia sólo regional, sin gran aspiración. Solo queda un cascajo, cuando gran parte de su membresía en la coyuntura optó por mudarse a Morena, porque fuera del ecosistema gubernamental no sobreviven.

eduhdez@yahoo.com