OPINIÓN

Alejandro Moreno un remolino en el PRI
04/08/2022

Dicen los exdirigentes del Partido Revolucionario Institucional (PRI) que los tiempos estatutarios no necesariamente son los tiempos políticos

Dicen los exdirigentes del Partido Revolucionario Institucional (PRI) que los tiempos estatutarios no necesariamente son los tiempos políticos, ante el llamado que le hacen a Alejandro Moreno para que reflexione sobre la necesidad de que se nombre una nueva dirigencia nacional. Esto por la falta de resultados positivos durante el tiempo que ha estado al frente de su partido y los severos daños que le ocasionan la serie de señalamientos públicos su persona.

Después de la plática que sostuvieron los exdirigentes del PRI con el líder actual, y la negativa de éste por abandonar la dirigencia, los líderes del partido afectado se han dado a la tarea de dar diversas entrevistas a los medios donde dejan ver a los PAN y PRD que no avalarán los acuerdos para las elecciones del 2024 que convengan con Alejandro Moreno. Sostienen que una dirigencia que culmina sus funciones en el 2023 no puede pactar nada para el proceso electoral del 2024.

Reza un dicho “crea cuervos y te sacaran los ojos”. Eso es lo que parece que ocurre al PRI ahora, aun cuando han pretendido cabildear con los dirigentes estales del tricolor sobre la necesidad de un cambio en la jefatura, todo parece indicar que la política del agandalle de Alejandro Moreno los tiene comprados para adjudicarse las candidaturas y posiciones que le den seguridad y continuidad a su grupo. Esto aun a costa de lo que pudiera ocurrir con la alianza opositora y la negativa de Movimiento Ciudadano a sumarse por el descrédito del priista y la corrupción que lo envuelve. 

La conducta del dirigente priista, quien seguramente terminará de enterrar lo que queda de este partido, parece conducir a fenecer con él y formar parte del dramático final de un instituto que en algún momento de nuestra historia tuvo momentos de lucidez revolucionaria, arraigó el nacionalismo. Pero también nos dio desconciertos, frustraciones, corrupción, entreguismo y un saqueo imperdonable que solo un país como el nuestro ha podido soportar.

A decir de Miguel Osorio Chong, último secretario de Gobernación priista, “Alito” Moreno no tan solo quiere el agandalle de las posiciones seguras que pudieran acceder mediante las plurinominales, también pretende prolongar su periodo de “liderazgo” al frente del PRI, mediante adecuaciones a los estatutos, nombrar las candidaturas y garantizar una posición que le de fuero e impunidad, al puritito estilo de Cabeza de Vaca en Tamaulipas.

Así, no solo ha de arrancarle los ojos al partido que le dio vida, terminará abriéndole los ojos a sectores de la población que permanecían ciegos, y con quienes traficaban de su pobreza

Por su lado, la alianza opositora comienza a difuminarse. Marko Cortés pierde puntos, espacios y fuerza en su discurso. Jesús Zambrano, del PRD, como el patito feo de la caricatura se ha visto relegado a las migajas que le sueltan los líderes del PRI y PAN. Lo cierto aquí, es que la alianza está siendo arrasada por el remolino de “Malito”, lo que dificultan los acuerdos para traer un candidato que pueda figurar en la contienda electoral del Estado de México, más cuando el partido preponderante en los estados por disputarse en el 2023, se ha visto seriamente mermado y evidenciado por los audios de corrupción del dirigente del PRI.

La contienda electoral del 2023 será definitiva para los opositores.



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