Fuera caretas; arriba el BOA

La polarización a la que hoy se refieren los “intelectuales orgánicos” del neoliberalismo para atacar el proyecto de la Cuarta Transformación (4T) y a su principal conductor

La polarización a la que hoy se refieren los “intelectuales orgánicos” del neoliberalismo para atacar el proyecto de la Cuarta Transformación (4T) y a su principal conductor, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), es parte esencial de todo movimiento en la evolución natural y en la historia de los procesos sociales.

Tanto la naturaleza como la sociedad se han desarrollado a través de una constante e interminable tensión entre sus aspectos contradictorios (unidad de los contrarios), la cual se resuelven por la vía de la transformación. Una tesis se demuestra con su antítesis para dar como resultado una síntesis que a la postre se convierte en una nueva tesis, iniciando así un nuevo proceso transformador.

La 4T emerge por un masivo voto popular para resolver las fuertes tensiones sociales derivadas de la principal contradicción de neoliberalismo y, en general, del sistema capitalista, que es la desigualdad social, cuyo aspecto esencial es la inequitativa distribución de la riqueza. De ahí la reacción de los conservadores que temerosos observan una transformación que beneficia a las mayorías empobrecidas con los programas sociales y el incremento salarial, con el combate a la corrupción que libera recursos, apropiados por unos cuantos políticos y empresarios, para distribuirlos entre los que menos tienen y, en fin, con la cancelación de los extravagantes e ilegítimos privilegios de la oligarquía.   

Por eso la polarización es severamente cuestionada por la derecha aduciendo solo sus aspectos negativos, sin consignar sus aspectos positivos, transformadores, que tienen que ver con la inaplazable necesidad de construir un nuevo México, en donde los empresarios obtengan sus legítimas ganancias producto de una leal y fructífera competencia y no de salarios de hambre. Un nuevo México con instituciones de protección social con un alto grado de eficiencia y calidad en salud, educación, seguridad pública, entre otras. Construir un piso parejo para todos que nos permita vivir con dignidad, es el objetivo esencial.   

Las derechas y sus intelectuales, entre los que destacan los periodistas y escritores que recién signaron el desplegado: “Contra la deriva autoritaria y por la defensa de la democracia”, convenientemente se olvidan que para Norberto Bobbio el pensamiento liberal que contrapone a la variedad individual la uniformidad estatal, considera a la “fecundidad del antagonismo” como parte fundamental de su concepción, esto es, “la idea de que el contraste entre individuos y grupos en competencia sea benéfico y sea una condición necesaria del progreso técnico y moral del la humanidad, el cual solamente emana de la contraposición de opiniones e intereses diferentes. Esta contraposición se puede efectuar en el debate de ideas para buscar la verdad, en la competencia económica para la persecución del mayor bienestar social, en la lucha política para la selección de los mejores gobernantes” ( Liberalismo y democracia, FCE, p. 29, 2002).

Lo importante es que quienes comulgan con las derechas se quiten las caretas para entrar a un debate político abierto, sin simulaciones y sin que se nos quiera imponer “el fin de la historia” o el “pensamiento único” que los neoliberales difundieron por todo el mundo luego de la caída del socialismo real, para hacernos creer que se agotó el movimiento, las contradicciones y el proceso transformador que ello implica; que con el capitalismo termina la historia de la humanidad.

Pero la terca realidad exhibe la interesada y manipuladora concepción de los “intelectuales orgánicos” neoliberales que, en su desplegado, convocan a una “amplia alianza ciudadana que, junto con los partidos de oposición (PAN, PRI y PRD, trabajan en ello), construyan un bloque que, a través del voto popular, restablezca el verdadero rostro de la pluralidad ciudadana en las elecciones parlamentarias de 2021”. Muchos se deslindaron del Bloque Amplio Opositor y, curiosamente, ahora son sus más fervientes promotores.

La respuesta de AMLO no se dejó esperar: “La historia nos enseña que cuando se pone en práctica un proceso de transformación, siempre se produce una reacción conservadora”. Además, celebra que “escritores y periodistas que han defendido desde siempre el modelo neoliberal o neoporfirista se agrupen, se definan y dejen de lado la simulación para buscar restaurar el antiguo régimen, caracterizado por la antidemocracia, la corrupción y la desigualdad”.

Desde que se puso en marcha la 4T los temas a debatir se han incrementado de manera importante sobre todo ahora que coinciden tres crisis: la de inseguridad heredada por los gobiernos anteriores y la sanitaria y económica que ha sorprendido a todo el mundo. Las derechas cuentan con recursos económicos incalculables y con los medios de comunicación convencionales para defender el neoliberalismo, mientras las izquierdas alcanzaron la hegemonía política para construir la 4T. Así es que: fuera caretas.