Gandhi, el alma grande de la India

De su madre aprendió a no lastimar a ningún ser vivo, practicar el ayuno, y ser vegetariano y tolerante con todos los credos

Hace 151 años, un 2 de octubre de 1869,  nace en la India Mahandas Karamchad Gandhi, a quien  el poeta y Premio Nobel Rabindranath Tagore llamó Mahatma, contracción de la palabra  sánscrita “maha” que quiere decir grande, y la voz indú  “atma”  que quiere decir alma.

De su madre aprendió a no lastimar a ningún ser vivo, practicar el ayuno,  y ser vegetariano y  tolerante con todos los credos. Casó a los 13 años con Kasturba Makharji, de su misma edad, con quien procreó a 4 hijos, y a quien tuvo la tristeza de ver morir en 1944  en una de las prisiones que sufrió, encarcelado junto con su cónyuge.

De joven logró trasladarse a Inglaterra donde consiguió matricularse  en el University College de Lóndres, donde se tituló como abogado. Regresó a la India, donde encabezó un movimiento independentista caracterizado por la resistencia civil no violenta, por la que constantemente fue apresado, pero en la que persistió convirtiéndose en el líder del segundo país más poblado del mundo, el subcontinente indio, que luchó por mantener unido pero que finalmente el fanatismo y la intolerancia religiosa fracturó.

Gandhi pudo ver en vida  la independencia de su país, lograda  el 15 de agosto de 1947. Luchó por mantener la unidad y la tolerancia, pero finalmente se impuso la división inducida por los ingleses, con la separación de la hoy república de Pakistán, en el  oriente y la actual Bangladesh en el oriente.

Habiendo pregonado y practicado la tolerancia, murió victimado por un fanático, pero su ejemplo y memoria trascendieron los 5 continentes y perdurarán en el tiempo  como uno de los prohombres dignos de emularse.

Recordamos aquí el pensamiento del patricio, al que por ciento, también llamaban “bapu”, padre, en guyarati:

“Ojo por ojo, y todos nos quedamos ciegos”

“He tomado sobre mis espaldas el monopolio de mejorar solo a una persona, y esa persona soy yo mismo, y se cuán difícil es conseguirlo.”

“Primero ellos te ignoran, luego se ríen de ti,  después te hacen la pelea, y entonces tu ganas.”

“La fuerza no proviene de la capacidad física, sino de la voluntad indomable”.

“Lo más atroz, de las cosas malas, de las gentes malas, es el silencio de la gente buena”.

“No debemos perder la fe en la humanidad, que es como un océano. Ella no se mancha, porque una de sus gotas esté sucia”.

“Estoy plenamente convencido de que ningún hombre pierde su libertad, sino por su propia debilidad”.

“No se nos otorgará la libertad externa más que en la medida exacta en que hayamos desarrollado nuestra libertad interna.”

“Se el cambio que quieres ver en el mundo”.

“No hay caminos para la paz. La Paz es el camino.”

“En materia de conciencia, la ley de la mayoría no cuenta.”

“Cuida tus pensamientos, porque se volverán palabras; cuida tus palabras, porque se volverán actos; cuida tus actos, porque se volverán costumbre; cuida tus costumbres, porque forjarán tu carácter; cuida tu carácter, porque formará tu destino, y tu destino será tu vida, la vida que construiste”.

“Es mejor permitir que nuestras vidas hablen por nosotros, a que lo hagan las palabras”.

“La paz es la única forma de libertad. La humanidad no puede liberarse de las violencia, más que por medio de la no violencia”

“Perdonar es el valor de los valientes. Solamente aquel que es bastante fuerte para perdonar, sabe amar.”

“El cobarde es incapaz de mostrar amor. Hacerlo está reservado a los valientes”.

“Humildemente me esforzaré en amar, en decir la verdad, en ser honesto y puro, en no poseer nada que no sea necesario, en ganarme el sueldo con mi trabajo, en estar atento siempre a lo que como y bebo, a no tener nunca miedo, a respetar las creencias de los demás, en buscar siempre lo mejor para todos, en ser un hermano para todos mis hermanos.”

“Mi señor: ayúdame a decir la verdad frente a los fuertes, y a no decir mentiras para ganarme el aplauso de los débiles; si me das fortuna, no me quites la razón; si me das éxito, no me quites la humildad; si me das humildad, no me quites la dignidad; ayúdame siempre a ver la otra cara de la moneda; no me dejes inculpar de traición a los demás, por no pensar igual que yo; enséñame a querer a la gente como a mí mismo; no me dejes caer en el orgullo, si triunfo; ni en la desesperación, si fracaso; más bien recuérdame que el fracaso es la experiencia que precede al triunfo; enséñame que perdonar es signo de grandeza, y la venganza señal de bajeza; si me quitas el éxito, déjame fuerzas para aprender del fracaso; si yo ofendiera a alguien, dame fuerzas para disculparme; y si la gente me ofende, dame valor para perdonar; Señor, si me olvido de ti, nunca te olvides de mí.”

“Mañana, tal vez tengamos que sentarnos frente a nuestros hijos y decirles que fuimos derrotados, pero no podremos mirarlos a los ojos, y decirles que viven así, porque no nos atrevimos a luchar”.

“La muerte no es más que un sueño y un olvido.”

“Dios es la fuerza, la esencia de la vida. Es pura e inmaculada conciencia. Es eterno.  No somos Dios, pero somos parte de él, así como una gota es parte del océano.”

Mahatma Gandhi