Gane quien gane, sino hay Perdón los dos Tabascos no se reconciliarán

Gane quien gane, sino hay Perdón los dos Tabascos no se reconciliarán

Gane quien gane las elecciones del 2018 en Tabasco, seguirá siendo necesario el perdón de los agravios cometidos por uno y otro bando para lograr la reconciliación y encontrar el camino del progreso. Y ahora más que nunca. Si los priistas habían gobernado sin interrupción durante décadas, y por tanto tenían el mayor número de acusaciones, ahora ya ha pasado por el poder el perredismo que como es natural también ha cometido sus errores, muchos, de los que algunos no han salido muy bien parados que digamos y ya es difícil la reposición de los daños y menos de las famas y las honras. La transición política a la democracia en España se hizo sobre la base del Perdón de las muertes que se propinaron ambos bandos. Un total de un millón. No era posible caminar juntos hacia el progreso y el bienestar sin que los dos polos opuestos se encontraran finalmente en el Rey Juan Carlos, que ejerció de bálsamo de las heridas de ambos bandos. Y funcionó de maravilla convirtiéndose esta brillante maniobra política en materia de estudio en todas las universidades del mundo, y por supuesto la mexicana. A partir del perdón pudo llegar el consenso, en una agenda básica de puntos de acuerdo, dejando fuera los desacuerdos, que todos fueron capaces de aceptar sin renunciar a sus ideologías. En Tabasco necesitamos el Perdón de unos a favor de los otros y de los otros a los unos porque, de lo contrario, se alce quien se alce con el triunfo, los problemas seguirán siendo los mismos y de imposible resolución porque no hay disposición de las partes nada más que para disputar el poder sin dejar espacio para la reconciliación. El problema es que quien gana la gubernatura, y no gana el Congreso, quiere a como dé lugar el poder absoluto. El problema es que quien gana se lleva todo y no hay dialogo posible. Hay imposiciones de una mayoría aplastante, de rodillo, de aplanadora, que deja afuera a más de la mitad de los ciudadanos que han votado por otras opciones juntando a todos los partidos de oposición y por tanto el gobierno no representa a la mayoría sino a la primera minoría, que no es lo mismo. A esto hay que añadirle que los que ganan no tienen interés en crear una sociedad estructurada, pensada para repartir la riqueza, sino en ocupar todos y cada uno de los lugares en los que se reparte el poder, y el dinero, sin concesiones a los que no piensan igual que nosotros. Así podemos seguir muchos años, sin arreglar nuestra casa, o podemos hacer una limpieza general para que quede muy bonita y huela bien.