OPINIÓN

Gobernar con las escuelas, no sobre ellas.
21/07/2025

Una mirada crítica a la propuesta de mexicanos primero

 

Con el cierre del primer ciclo escolar del sexenio de la presidenta Claudia Sheinbaum, Mexicanos Primero publica una columna en El Financiero firmada por su presidenta ejecutiva, Patricia Vázquez del Mercado, en la que enumera con alarma tres grandes desafíos del sistema educativo nacional: el cambio climático, la inseguridad y la inteligencia artificial. El texto, titulado ¿Y si planeamos el ciclo escolar como si importara de verdad?, lanza una convocatoria al Estado y a la sociedad para actuar. Pero… ¿de verdad están escuchando a quienes viven la escuela todos los días?

El diagnóstico es claro, pero no nuevo

Que los desastres naturales, la violencia en las comunidades y los cambios tecnológicos impactan la educación es un hecho innegable. Pero lo que propone Mexicanos Primero como si fuera el último descubrimiento, ha sido parte del diagnóstico cotidiano de maestras, maestros y comunidades desde hace décadas. Más que una novedad, parece una reiteración tardía de lo que las bases magisteriales han denunciado con escaso eco en los círculos de poder.

El problema no es solo identificar los retos, sino preguntarse: ¿quiénes los están enfrentando desde hace años sin apoyo real? Y más aún: ¿quiénes han lucrado políticamente con este colapso educativo mientras se exigían más evaluaciones, más control administrativo, pero nunca más condiciones dignas para enseñar?

Cambios reales requieren escuchar a la base, no solo a las cúpulas

La columna propone una política educativa “a la altura del momento”, pero sin mencionar la voz organizada del magisterio, lejos del sindicalismo charro, ni las resistencias legítimas de las comunidades escolares. Se habla de subir salarios, mejorar formación y ofrecer acompañamiento, pero no se reconoce que durante años las decisiones se han tomado desde el escritorio y con una visión empresarial de la educación que poco tiene que ver con la realidad del aula rural o urbana.

¿No es hora también de preguntarse por el papel que ha tenido Mexicanos Primero en la imposición de agendas educativas que terminaron por precarizar el trabajo docente y escolarizar el control antes que el aprendizaje?

Lo que no se dice: la corresponsabilidad de quienes hoy llaman al cambio

Resulta llamativo que la columna omita toda autocrítica. Organismos como Mexicanos Primero fueron impulsores de la reforma educativa de 2013, una de las más nefastas  por su visión punitiva hacia el magisterio, de la cual aún quedan resabios.

 Ahora, ante la crisis evidente, llaman a garantizar el “derecho a aprender” sin reconocer que durante años priorizaron la medición, el ranking y la evaluación estandarizada por encima del bienestar de las comunidades escolares.

Hablan de “urgencia” y “fractura del tejido social”, pero olvidan que buena parte de esa fractura se gestó cuando se despreció la experiencia del maestro de base, cuando se impusieron modelos sin arraigo ni pertinencia cultural, y cuando se criminalizó la protesta magisterial.

Sí, la escuela importa. Pero no como retórica, sino como proyecto de transformación desde abajo

Coincidimos: la escuela importa. Pero no basta con repetirlo en columnas bien redactadas. Importa cuando se escucha de verdad a los que sostienen la educación en condiciones adversas. Importa cuando se abren los presupuestos. Importa cuando se respeta el conocimiento pedagógico popular y comunitario, no solo el académico o tecnocrático.

El nuevo ciclo escolar 2025–2026 no debe pensarse “como si importara”, sino construirse desde quienes han demostrado —día tras día— que la educación es resistencia, compromiso y esperanza.

Lo que urge no es un nuevo discurso desde las organizaciones de siempre. Lo que urge es una nueva forma de gobernar con las escuelas, no sobre ellas.




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