Un gobierno responsable y honesto.
La conciencia social es un estado de valoración que las personas tenemos de la sociedad en la que nos desenvolvemos
La conciencia social es un estado de valoración que las personas tenemos de la sociedad en la que nos desenvolvemos, con la que le respondemos y retribuimos parte de lo que ella nos ha dado. Nosotros como componentes de una sociedad, somos producto de ella, del medio en que crecimos, en el que nos formamos; muchas de las veces se cree y piensa que quienes por poseer condiciones económicas diferentes al de la inmensa mayoría, tendrán una forma distinta de relacionarse con esta ante las necesidades que presente.
En nuestro país, con una cultura y formación política al viejo estilo autoritario (conservador), hay quienes no se han dado cuenta de que está en marcha una transformación, que no sólo viene inherente al de un cambio de partido en el poder, sino que, por el contrario, se trata de un cambio de mentalidad, de responsabilidades sociales y necesarias que ya se gestaban en su interior. Aunque aún existen funcionarios que continúan operando con esta absurda y negativa forma de pensar, continúan proponiendo obras apantallantes con las que buscan llamar la atención, pero que no cumplen a plenitud con el propósito social para el que se edifican.
Afortunadamente en nuestra entidad contamos todavía con servidores públicos con un gran sentido de responsabilidad y compromiso social, que en cada espacio que les ha tocado despachar dejan huella; sin tanto aspaviento cumplen sus funciones y responsabilidades. Este tipo de ciudadanos son muy escasos, son honestos con los limitados recursos que la sociedad les ha confiado y los optimizan para obtener el mayor rendimiento posible, no están viendo cuánto pueden llevarse.
Con regular frecuencia los “políticos de charol” instrumentan proyectos que estén a la vista de la población, no les importa sus costos y mucho menos los beneficios que puedan aportar, si estos “lucen”, así cambien la panorámica urbana de la ciudad, aunque no sean compatibles con las condiciones climáticas, ambientales de nuestro entorno, o borren parte de nuestro pasado. Lo importante para ellos es que pueda redituarle votos y adeptos compra espejitos.
Lo anterior viene a colocación porque escuché en un programa radiofónico a la alcaldesa del Centro, Yolanda Osuna, expresar que en el socavón que provocaba problemas de vialidad a un lado del tianguis “Rosendo Taracena”, su entrega se ha prolongado porque durante la ejecución del proyecto han encontrado problemas a los que no han rehuido y enfrentan responsablemente para que la obra sea óptima y alcance cubrir las expectativas que la población espera de ella. Cabe decir que en anteriores administraciones sólo se daba “una manita de gato”.
Como es sabido por quienes frecuentemente visitan el centro de abastecimiento más importante de los villahermosinos y próximamente por los turistas que recorran nuestra ciudad y este lugar, muchas fueron los gobiernos municipales (gobiernos es un decir) que hicieron caso omiso a este problema o sólo daban superficial atención, ya que no le representaba dividendos políticos. Sin embargo, la obra que ahora quedará bajo tierra se hace responsablemente y sin la búsqueda de cámaras o protagonismo electoral. En hora buena para la alcaldesa Yolanda Osuna, quien hace honor a su compromiso de servir a la comunidad en la que vive, y a la que conoce.