Granier y los “químicamente puros”: Sin decisiones tomadas

Granier y los “químicamente puros”: Sin decisiones tomadas

Todos los que nos dedicamos de una u otra forma a la política, bien analizando desde el periodismo o bien participando activamente en alguna de las formaciones partidistas, sabemos que esa actividad causa una adicción que  no tiene cura y que acompaña al “paciente” el resto de su vida. Lo que ocurre es que hay niveles de “adicción” y eso me permite entrar en el relato que se quiere construir respecto al interés, no manifestado expresamente, de Andrés Granier de seguir en la primera línea, incluso pensando en ser personalmente candidato a algún puesto de elección popular en el PRI o en otro partido. Lo cierto es que en esa aventura se incluye a los que se ha dado en llamar “químicamente puros”, o seguidores incondicionales del ex gobernador, que incluso llegaron a tomarse una fotografía juntos apenas unos días después de que regresara a Tabasco dando pie a especulaciones que posiblemente pueden ser sin fundamento. A mi muy modesto entender Granier manifestó que no va a dejar de interesarse por esa pasión de la actividad pública asesorando a los que siendo sus amigos le pidan consejo o incluso ayuda, pero de ahí a concluir que el mismo pudiera ser el cerebro o que se vaya a dedicar a armar candidaturas hay todo un mundo de incertidumbres. Por lo pronto, y por poner un ejemplo, Luis Felipe Graham, quien fuera su secretario de Salud y uno de sus más cercanos colaboradores y amigos, me consta que no tiene en mente resucitar su activismo y por el contrario se está dedicando a su profesión de médico especialista en alergias. Después de ponerse al día en los avances de su especialización ha reabierto su consultorio en una conocida y prestigiosa torre médica en el que un goteo continuo de pacientes le ha reabierto la ilusión por recuperar exitosamente lo que siempre ha sido su vocación: la práctica de la medicina. No se le puede ver haciendo ningún movimiento encauzado a reintegrarse a la vida política del estado. De hecho no se le puede ver casi en público y fuera de una aparición en un juego de Olmecas, en el estadio de béisbol, deporte que ha seguido como aficionado desde su juventud, no ha tenido presencia en eventos o en círculos populares. Es decir está fuera de foco y ocupado en recuperar su vida privada después de las sentencias absolutorias, todas, que ha recibido después de muchos procesos, acusado sin pruebas y con saña por la anterior administración. Luís Felipe no tiene interés alguno en meterse en “camisa de once varas”, al menos por el momento, que puede durar un espacio de tiempo que todavía está en el aire. Ahora lo importante es “ponerse a picar piedra” aplicando aquello del “borrón y cuenta nueva” pero no en la acepción que hoy está tan de moda. Ese es un caso y hay otros que aunque quisieran no podrían. Acostumbrado a lucir ropa y complementos de marcas de lujo, hubo quien ahora, pasados los años, no supo vivir, y llegó a esa reunión con el “Químico” en taxi porque ha perdido todo. Para todos ellos han sido seis años difíciles, para unos más que para otro, y es hora de hacer un balance de sus vidas y retomarlas con nuevos parámetros más acordes con los nuevos tiempos. Y en eso andan. Sin decisiones tomadas. Esa foto del jardín no es ni más ni menos que el reflejo literal de una reunión de amigos entorno a Andrés Granier. Nada más.