¿Hacia a donde con el FAD?

¿Hacia a donde con el FAD?

Los alcances del FAD y su “éxito” son harto inciertos.

Por enésima ocasión la izquierda mexicana se debate entre a viabilidad, alcances y fortalezas competitivas que conlleva el convocar a una mesa plural para enfrentar un proceso electoral, el del 2018, que sin duda está llamado a ser un parteaguas en la historia política, social, económica y cultural de éste país.

De ese tamaño es el reto para todos aquellos que tienen como premisa fundamental sacar al PRI del poder,  como vocación accesoria reencausar al País para paliar la brecha de desigualdad, la galopante inseguridad y la mejora de las condiciones de vida de los ciudadanos, y hacerlo a partir de la construcción de consensos sólidos y factibles para México. Los catastrofistas, pero también analistas serios y responsables dicen que la hora cero para nuestro país hace rato llego y, el tiempo que se ha perdido podría ser lapidante.

El FAD se viene a sumar a los llamados de formación de frentes amplios; en el PAN se le denomina ya, Frente Amplio Opositor, MORENA desde hace rato los llama Acuerdo de Unidad por la Prosperidad del Pueblo y el Renacimiento de México. Todos coinciden en que el rumbo y batuta que el régimen priista ha instaurado no ha dado buenos dividendos, un rescate patriótico es el cometido.

En la línea discursiva de los opositores también converge la visión de que es menester fortalecerse para repeler el Fraude, en síntesis, ninguno de ellos cree en la participación libre, justa y sin intentonas de torcer la voluntad ciudadana, el régimen y los órganos electorales no son garantes plenos de la novel e incipiente democracia que tenemos.

En el seno del FAD, en la inmediatez de su gestación se guiña (menos al PRI) y gruñe a todos, y se clarifica cual es la visión o rasero por el que deberán de transitar los consensos:”…Para el 2018 se espera una elección inédita y altamente competida. En ella se perfilan tres grandes tendencias electorales. Una que impulsa el extremismo y la polarización social y política del País. Otra, la del PRI que representa la continuidad, el status quo y defienden el modelo de desarrollo neoliberal y sus reformas estructurales”, “Y la tercera que plantea la construcción de una nueva mayoría política y social, que represente la pluralidad democrática de México, que aspira cambiar de fondo el régimen presidencialista y el actual modelo de desarrollo”, todos los que comulgue con esta última sean bienvenidos al aglutinamiento.

En mi Punto de Vista, en el PRD y más aún en los ideólogos predominantes de la corriente, tendrán que hacer un ejercicio a conciencia del papel que la izquierda moderna y progresista va a tener en la conformación de la agenda pública de los próximos 6 años, un reto histórico al que por circunstancia y tiempo han sido llamados; el reto no es menor y tiene implicaciones fundamentales.