Informes: Ni punto de comparación…

Informes: Ni punto de comparación…

A  propósito de los informes del Presidente Andrés Manuel López Obrador, y del Gobernador, Adán Augusto López Hernández, pesar de la muy delicada situación económica heredada y administrada que padecemos, hay que constatar que el país y el estado han demostrado una fortaleza, que ya conocíamos, pero también una voluntad y ganas de cambio que superan con creces las dificultades con las que nos estamos encontrando. Así lo confirman las cifras de aprobación de ambos mandatarios, a pesar de que han sido atacados con crudeza desde diversos sectores afectados por la austeridad, la lucha contra la corrupción y el inexorable cambio de régimen que se está instalando en México y en Tabasco. No vemos que nadie de los que piden que algunos funcionarios presenten su renuncia por no poder con el encargo, tengan el más mínimo apoyo más allá de sus muy personales jaleadores. Algo hay en el poder, y en el dinero, que atrapa irresistiblemente al ser humano y lo vuelve adicto y dependiente de estas dos condiciones y que cuando se pierden y se dejan en la cuneta el sentido del decoro y del ridículo que hacen aquellos que sin haber hecho nada más que apropiarse de la riqueza de los mexicanos y de los tabasqueños ahora exigen que se les vuelva a permitir meter la mano en la caja de los fondos públicos que consideran de su propiedad. Pocos de estos se han dado cuenta de que ocupan el puesto que les corresponde por su irresponsable práctica política y económica. Recuerdo con estupor las comparecencias de los funcionarios del gobierno de Marta Lilia y de Arturo Núñez apenas hace un año. Los secretarios de primer nivel, en la Cámara de Diputados tabasqueña, daban pena y risa a la vez y sentíamos como una mutilación de nuestra inteligencia. Contemplamos, en aquellas fechas, atónitos a los secretarios como trataban de explicar que es muy difícil conseguir que haya una buena distribución de algo si no les habían dado nada que repartir, o muy poco, porque había desaparecido antes de llegar a su destino legal. Y todavía, ya de salida, se atrevían a pedirle más a la Federación que, como es un ente que existe, pero no está por aquí, era ideal para tirarle a la cabeza todas las culpas. No hubo avalancha de dimisiones y por eso se convirtieron en cómplices, de dejar un estado patas arriba. Nada que ver con la comparecencia valiente y ordenada del gobernador Adán Augusto y de su gabinete que recuperaron este acto republicano de rendir cuentas para la decencia política. Ahora todo ha cambiado, gracias a Dios, que sigue siendo neutral y al parecer no interviene en las humanas trifulcas. Somos tantos que a pesar de ser intemporal no tendría tiempo. Lo cierto es que en estos tiempos de mayorías absolutas estar del lado equivocado puede ahogar la esperanza de muchas personas que estaban con el agua hasta el pescuezo y que en los últimos años del “nuñato” aprendieron a nadar en la abundancia gracias a nuestros impuestos. NOTA BENE 2: A los periodistas, profesionales, que cubren “La Mañanera” me gustaría decirles que este oficio es estupendo, pero enormemente exigente y hay riesgo en donde menos te lo esperas. Requiere de vocación, esfuerzo, inteligencia, curiosidad, rebeldía, independencia, inconformismo y autoconfianza. Y mucha, mucha, resistencia. Reiréis mucho. Y también lloraréis. De emoción y de rabia. Y sí, se puede vivir de ello. Y ser feliz. Muy feliz.