¡Ingratos!

¡Ingratos!

Reprochable desde cualquier ángulo las posturas adversas de liderazgos partidistas, principalmente priistas, a las políticas públicas que el Gobierno de México, presidido Andrés Manuel López Obrador, que puso en marcha como parte de sus compromisos pactados en campaña con las colectividades del estado de Tabasco, por reivindicarle la justicia social, el desarrollo, y crecimiento socioeconómico, del cual aquellos le marginaron cuando tuvieron el mando.

Era indiscutible que, independiente de quien resultase electo para la primera magistratura mexicana en los comicios del uno de julio de 2018, que Tabasco y el sureste debían tener una puntual prioridad en razón de la discriminación que tuvieron para con esta región;  el régimen que gobernó durante 71 años del Siglo XXI el cual regresó luego de dos derrotas retomó la efímera gobernanza con Enrique Peña Nieto mantuvo el desdén.

Ahora que por vez primera en la historia se tiene a un presidente originario de aquí, conocedor sobre todo del panorama desolador de una simetría nacional y precariedad económica, tiene esa preferencia argumentada por impulsar a esta su entidad federativa y a la región. Pero sus adversarios políticos, también tabasqueños, se empeñan en buscar las maneras de bloquearle.

Esa actitud beligerante con la cual se manifiestan personajes como la diputada federal Soraya Pérez Munguía y el presidente estatal del PRI, Pedro Gutiérrez Gutiérrez, sólo se le puede catalogar contrarios al interés primigenio de los tabasqueños por tener ahora sí las oportunidades de salir de la marginal pobreza en todos los indicadores de bienestar socioeconómico.

El proceder de esta inmoralidad  tendría su explicación en la perversa estrategia venida de la estructura de un grupo faccioso claramente identificado con Carlos Salinas de Gortari y sus afines, quienes fallaron en sus intentos por pretender retener lo que por largo tiempo poseyeron.

Cómo olvidar aquella ocasión, en plena campaña presidencial de 2012, cuando el propio Salinas de Gortari en el perfil de su cuenta personal de Twitter se declaró abiertamente enemigo de López Obrador, motivo por el cual se encargaría de que no llegase al objetivo, otorgando todo el apoyo a su “ahijado” Enrique Peña Nieto.

Sólo así se explica el comportamiento de aquellos que siendo tabasqueños se opongan a todo lo que represente progreso para esta entidad federativa, que mucho le ha aportado al país para sólo beneficiar al centro y norte del país.

Nada más no se entiende la sinrazón, sólo por mencionar en evitar se construya la refinería en el puerto de Dos Bocas, con una inversión de 8 mil millones de dólares, durante los tres años comprendidos entre el términos y conclusión, con el favor de generar 123 mil fuentes de trabajo entre directos e indirectos.

Al parecer se les olvidó que en ocasión de los actos conmemorativos de Expropiación Petrolera, aquel  2008 el ex presidente Felipe Calderón Hinojosa anunció el proyecto de construir en lo inmediato esa misma refinería en la cual el gobierno de Andrés Granier Melo puso todo su empeño en la puja porque se le asignase a Tabasco en el mismo lugar, Dos Bocas.

Entonces sí hubo todas las manifestaciones de apoyo y colaboración sin regateo alguno por parte de los liderazgos priistas para que esta monumental infraestructura le fuese asignada, situación que por decisión política y no técnica le fue negada.

En ese momento veían la oportunidad sin precedente para que a este estado lograse ese proyecto que ahora con el régimen gubernamental federal, que tiene por proclama la 4ta transformación, ha decidido edificar aquí con los argumentos aún más sólidos, que se conocieron durante la puesta en marcha del Plan Nacional de Refinación, el 16 de diciembre anterior: entre éstos ser ésta una zona de mayor producción y logística.

Pero no es el único tema en el cual se pronuncian en contra, igual lo han hecho en el tema del presupuesto de ingresos y egresos de la administración pública federal en el que además de se consideran las partidas para financiar otros tantos proyectos a detonar aquí y en el sureste,  incluido el Tren Maya que trazado por todo el sureste tendrá su punto de inicio en el municipio de Tenosique, sin olvidar el Tren del Istmo de Tehuantepec.

No ven ni escuchan

Durante sus correspondiente juramentación a la investidura, el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, y el del estado de Tabasco, Adán Augusto López Obrador, enviaron la misma señal de convocatoria de unidad de absolutamente todos los mexicanos y tabasqueños para que, sin distinción de partidos políticos ni de credo, participen y se beneficien del bien común.

Ambos gobernantes en analogía subrayaron que las elecciones constitucionales quedaron atrás, para que sin regateo alguno se dé esa cohesión en la construcción de un mejor estadio del pujante desarrollo socioeconómico nacional y local.

Pero parece que quienes están enquistados en el PRI, quienes aquí perdieron todas las posiciones de gobernabilidad aunado a los privilegios, aún no aceptan su realidad, no asimilan que para la voluntad popular manifestada con el voto dejaron de ser opción de fiar. Oportunidades tuvieron muchas para responderle a las demandas de prosperidad.

Pese al repudio ciudadano ya empiezan a ver la manera de capitalizar la situación de precariedad que ellos mismos propiciaron, montados en la falsedad pretenden edificar su ambición por llegar a las elecciones  2021 y 2024 para recuperar el mando gubernamental.

No han aprendido ni aprenderán de sus derrotas, de sus desatinos como lo presumieron a toro pasado de lo acontecido en el ámbito federal, cuando en 2000 perdieron con Francisco Labastida Ochoa como candidato, y 2006 con Roberto Madrazo Pintado, en su caso relegado a un vergonzoso tercer lugar.

Bitácora

El PRI se queda poco a poco sin estructuras territoriales de militancias, éstas que ya le empezaron a renunciar. Se terminó la red clientelar.

eduhdez@yahoo.com