Ingreso mínimo vital, para el mercado y para la gente; se requiere consumo

*Discuten una renta básica para garantizar recursos a las familias *Un reclamo humanitario se convierte en necesidad pragmática

PREOCUPA y ocupa combatir los contagios del coronavirus que en México han causado más de 14 mil 600 muertes reconocidas y en Tabasco 689, pero seguramente hay más, no reportadas por razones diversas. Pero, al mismo tiempo, el gobierno y la sociedad tienen que prever cómo enfrentarán la otra crisis: la del desempleo, quiebra de empresas, caída de ingresos y del consumo. Algunos gobiernos han establecido bonos de emergencia para la población más desfavorecida; la bancada de Morena presentó una iniciativa para establecer el Ingreso Básico Ciudadano.

La propuesta fue anunciada en una conferencia virtual por los diputados Porfirio Muñoz Ledo, Lorena Villavicencio y Gabriela Cuevas, de Morena; ayer recibieron el respaldo de las bancadas de los partidos Acción Nacional y Movimiento Ciudadano. Habrá que recordar que aunque la idea de una renta básica proviene históricamente de la izquierda, en la campaña electoral de 2018 fue retomada por los panistas.

La posibilidad de una “renta básica” ha sido apoyada por el PRD desde su fundación con el neocardenismo, pero también es herencia de los principios redistributivos de las izquierdas que dieron origen a esa coalición: comunistas, socialistas y nacional progresistas.

Un sector del PRI reivindicó este tipo de medidas hasta que fueron avasallados por la llamada tecnocracia o el neoliberalismo, a principios de los años ochenta.

Como ha sido costumbre en el país, las propuestas no son analizadas en su contenido sino aceptadas o rechazadas según su origen, y también buscando cargar los costos al adversario. No es casual que en 2017, cuando el PRD hizo la propuesta para la Ciudad de México (entonces Distrito Federal), a sugerencia de Porfirio Muñoz Ledo, la reforma fue bloqueada por el PAN y el PRI.

Los tiempos cambian, los intereses determinan. La mayoría ¿cuenta?

SALARIO, INGRESO, CONSUMO

LA RENTA Básica, Ingreso Ciudadano, ha sido motivo de un intenso debate en otros países. Como sucedió en su momento con el establecimiento del salario mínimo y la jornada laboral de ocho horas, dos principios que están en las constituciones nacionales pero que no se respetan. Imagínese, la primera regulación del salario mínimo en el mundo fue establecida en 1890 en Australia; en nuestro país quedó plasmado en la Constitución de 1917, pero se comenzó a aplicar legalmente hasta 1934. Por cierto, la primera vez que aparece la necesidad de un ingreso básico para los trabajadores en México en un documento político es en 1906, en el programa del Partido Liberal Mexicano de Ricardo Flores Magón.

Pues bien, ahora correrá mucha tinta y discursos en torno al tema. Pero podría decirse que en algún momento se abordará desde el punto de vista pragmático: la actual crisis sanitaria por el COVID-19 deriva en una crisis económica. Desde ahora decenas de miles de mexicanos ya no tienen recursos para consumir, para comprar; una economía sin demanda interna está condenada a la ruina. Eso no se quiere para México.

De alguna manera, López Obrador adelantó siendo Jefe de Gobierno un ensayo sobre el ingreso mínimo básico para un sector de la población: el de los adultos mayores. Esta medida se replicó después a nivel nacional por los gobiernos del PAN y del PRI; ya como Presidente, el tabasqueño incrementó la asignación a los mayores de 68 años (si son indígenas a los 65 años).

Pero también hay quienes ven como parte de esta política redistributiva las transferencias a los programas de “Sembrando Vida”, becas para jóvenes y estudiantes.

Quizá por eso el politólogo Mauricio Merino Huerta, quien trabajó con Enrique González Pedrero en Tabasco y conoció a López Obrador en aquel tiempo, sostiene la necesidad de que el gobierno federal otorgue un “ingreso vital de emergencia” para enfrentar la pérdida de empleos e ingresos, no se contrapone a la filosofía del líder de la Cuarta Transformación, sino al contrario.

Recuerda que en marzo pasado la organización Nosotrxs publicó (Notas sobre posibles salidas a la crisis, en www.nosotrxs.org), su propuesta de “la redistribución urgente de ingresos por medio de transferencias directas no condicionadas, a los grupos en situación de mayor vulnerabilidad por la pérdida de ingreso, para garantizar el acceso a la canasta básica alimentaria”.

Más que discutir el origen de las iniciativas, estamos ya ante un problema práctico para el capital: necesita consumidores. Y una exigencia humanitaria: la gente necesita lo básico para vivir. Claro, es una tarea que no le corresponde sólo al gobierno; como me dijo un destacado economista: es momento de que quienes durante décadas y siglos se han beneficiado de la renta nacional aporten algo a la sociedad.

AL MARGEN

EL PRESIDENTE López Obrador pidió ayer a su vocero Jesús Ramírez Cuevas leer un documento calificado de “confidencial”, que contiene un proyecto de los adversarios del actual mandatario para integrar un Bloque Opositor Amplio (BOA) bajo el lema de “Rescatemos a México”. El objetivo –se dijo- es integrar un frente electoral “para avanzar en dos momentos: ganar la mayoría de la Cámara de Diputados en el 2021, retirar a AMLO de la Presidencia de la República en 2022 mediante la revocación de mandato.”

El texto –se anunció- fue entregado de manera anónima. Pero no hay sorpresas.

En realidad, son varios los intentos de la dispersa oposición para unirse con miras a las elecciones intermedias del 2021, así como para disputar las 15 gubernaturas que estarán en disputa. El intento más público es la coalición llamada “Futuro 21”, encabezada por el PRD y disidentes del PRI y del PAN. Este último partido, fue en alianza con los solaztequistas en 2018. Pero en Morena, ¿hay infiltrados? (vmsamano@hotmail.com)