Inseguridad, percepción y violencia; temas en la agenda de las campañas

*Avanza Villahermosa en combate de riesgo; pero falta más *Desde 2007 la capital fue escenario de un incremento delictivo *Más de 93 millones de empadronados, ¿cuántos votarán?

LA PERCEPCIÓN de inseguridad no implica necesariamente que una localidad sea la más violenta, pero esa percepción sí se alimenta de hechos reales y de la forma como tales sucesos se difunden o comunican. Durante varios años la capital tabasqueña se ubicó en los primeros lugares –inclusive el primer sitio- de las urbes calificadas como inseguras. Resultaba cotidiana la noticia de homicidios, secuestros, violencias de todo tipo. Villahermosa llegó a estar en un programa especial del gobierno federal de 75 localidades altamente riesgosas.

Recientemente se informó que, por fin, la capital tabasqueña dejaba los primeros lugares de esa lista negra. La cultura de la violencia –o subcultura- es difícil de erradicar; pero la presencia visible de la autoridad puede ser muy útil. El actual gobierno federal ha subrayado la necesidad de ir a las causas; sus acciones en este sentido desataron críticas de sus opositores y todavía escaso entusiasmo de quienes se identifican con ese proyecto. 

La prevención, como sabemos, requiere de una participación activa de la población y la denominada sociedad civil organizada. Este es un tema que deberán abordar los actuales candidatos.

UNA PESADA LOSA

EN EL AÑO de 2016, por primera vez el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) informó por separado los datos de 35 ciudades en las que midió la actitud de la población en su Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana. Entonces, Villahermosa registró el mayor nivel de percepción de inseguridad población que dice sentirse insegura: 90 por ciento de las personas mayores de 18 años.

A mediados de 2017, Julia Arrivillaga del Observatorio Ciudadano de Tabasco refirió otras estadísticas del INEGI que ya colocaba a Villahermosa como la segunda ciudad más insegura aunque con una percepción al alza: 93.4 por ciento respondió que le preocupaba el riesgo de violencia. 

Anotó Arrivillaga que no era sólo percepción: “tenemos que el municipio de Centro tanto en 2016 como el primer trimestre de 2017 focaliza más del 40% de los homicidios, robos y lesiones (que ocurren en Tabasco), el 75% en de robo a negocio y 65% de las carpetas iniciadas por extorsión. Además, reporta las tasas de robo con violencia, a transeúnte, extorsión y robo a negocio superiores a la nacional…”

La relación entre concentración poblacional (29 por ciento del total) y la concentración de delitos (superiores al 40 por ciento), resultaron indicadores de otra grave circunstancia. Pidió entonces no desestimar los datos. 

Esta percepción de inseguridad prosiguió en los siguientes tres años hasta que recientemente se reportó que la capital tabasqueña salía del listado de las diez ciudades donde mayor temor sentían los habitantes. Pasó al 83.6 por ciento de percepción de riesgo, todavía alto pero no comparado con lo que ahora registran localidades como Fresnillo, Ecatepec, Cuernavaca, Gustavo A. Madero, Uruapan y Guadalajara. Todavía estamos lejos del promedio (66.4 por ciento), pero se avanza. El reto es consolidar esta tendencia a la baja de los delitos y por lo mismo a la disminución de la idea de riesgo para vivir en la ciudad.

Como le decía, existe un registro preocupante de delitos en el país que fue detonado a finales del 2006, siendo que precisamente Tabasco entró en esa espiral durante el sexenio 2007-2012 registrándose en Villahermosa atentados inclusive contra autoridades de Seguridad Pública. 

La constancia de que es posible modificar la mala tendencia es no sólo lo avanzado de acuerdo a cifras oficiales, sino porque hay localidades como San Pedro Garza García, en Nuevo León, que tienen el mayor índice de seguridad (sólo se sienten inseguros 8 de cada cien), o el caso de Mérida, la ciudad mejor calificada en el sureste (30.3 por ciento de inseguridad).

Un asunto prioritario en la agenda de los candidatos a las alcaldías. Recordemos, además el municipio de Centro no tiene policía municipal pero cuenta con los servicios de la policía estatal cuya sede se localiza en la capital tabasqueña. Aunque esto no exenta de responsabilidad a la municipalidad.

DESPERTAR ENTUSIASMO

LA GRAN interrogante es cómo se comportará el electorado en las votaciones de junio próximo, en el marco de unas campañas atípicas, con dificultades para que los candidatos tengan un acercamiento físico con la población, enredos legales para proselitismo y candidatos, además de partidos desfigurados por alianzas, acuerdos, diásporas. De acuerdo al Registro Federal Electoral (RFE) el listado nominal definitivo para estas intermedias será de 93 millones 528 mil 473 ciudadanos.

Hay 4 millones más de empadronados que en los comicios presidenciales del 2018. Tan sólo dos demarcaciones concentran el 23 por ciento de los potenciales votantes: 12 millones 376 mil el Estado de México (Edomex) y 7 millones 400 mil Ciudad de México (Cdmx). Como sabemos, Jalisco es la tercera entidad en número de empadronados (6 millones 214 mil) y Veracruz es cuarta (5 millones 979 mil). Tabasco se ubica en un rango menor con un millón 794 mil electores potenciales.

Lograr que por lo menos el 50 por ciento vaya a las urnas es uno de los mayores desafíos de partidos, candidatos y autoridades electorales. Los medios, que fueron clave para la participación, ahora se mueven con exceso de temores por las amenazas de sanciones. Sin embargo, la libertad de expresión siempre tiene que ser resguardada sin más límite que la responsabilidad. (vmsamano@hotmail.com)