OPINIÓN

Juárez y el Senado
23/09/2025

Del pensamiento juarista al circo parlamentario: el Senado en disputa

Toda comisión de consulta, análisis y propuestas, pasa por un periodo de ocurrencias, como bien podría pensarse que está sucediendo con la Comisión Presidencial para la Reforma Electoral, creada por la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo con cuatro objetivos precisos, que quedaron plasmados en el Decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación el pasado cuatro de agosto, y que a la letra dice en su artículo segundo: "I. Convocar al pueblo a expresarse sobre la reforma electoral conveniente para México y realizar estudios sobre este mismo tema. II. Llevar a cabo los análisis necesarios y elaborar propuestas sobre la reforma electoral. III. Constituir los grupos de trabajo que considere necesarios para el cumplimiento de sus funciones. IV. Elaborar y expedir su reglamento interno".

          Dicha Comisión encabezada por uno de los referentes históricos de la izquierda mexicana durante el más reciente medio siglo, el economista Pablo Gómez, ya empezó a recibir propuestas para dicha reforma, y una de ellas llama poderosamente la atención es la hecha el segundo día de las audiencias públicas, el pasado 18 de septiembre, por el militante de Morena, Juan Félix Costa, de desaparecer al Senado de la República y que sus funciones las asuma la Cámara de Diputados, institución a la que también quiere reducir al mínimo.

          Esta propuesta de eliminar al Senado con el propósito de, según su promovente, simplificar el proceso legislativo, reducir los gastos del erario público, y acercar al pueblo a las decisiones políticas, además de incentivar la polémica, permite recordar un punto relevante en la historia política nacional en el México independiente, y que remite a la Constitución de Cádiz como referencia obligada en el tema de la división de poderes, ámbito en donde queda inserta la Cámara de Senadores. Además, a las Cortes de Cádiz (1810-1813), como antecedente fundamental de la conformación del Poder Legislativo mexicano, se le suman los dos primeros congresos constituyentes nacionales y el Plan de Casa Mata, en donde se libraron verdaderas luchas entre federalistas y centralistas, con el posterior triunfo de la República Federal emanada de la Constitución de 1824, y que da fundamento a la existencia de la Cámara de Senadores.

          Y en estos dos siglos de historia patria, el Senado de la República ha tenido momentos de gloria y de tristeza, así como de desaparición. Y en este último punto sobresale el que en la Constitución de 1857 los liberales desaparecieron el Senado porque se había convertido en un bastión elitista y conservador, como producto de los gobiernos centralistas que durante esos años imperaron en la naciente Nación mexicana.

          Y respecto a la restauración del Senado, es conveniente traer a la memoria parte de la misiva que el presidente Benito Juárez envió a los gobernadores de la país el 3 de marzo de 1870, en donde asentó: "Compele a nuestro deber, de mexicanos y gobernantes, adoptar con empeño cuantas medidas sean oportunas y convenientes para asegurar sobre bases sólidas la tranquilidad y engrandecimiento de nuestra Patria, introduciendo, desde luego, las reformas en nuestras instituciones que la experiencia recomienda ya como indispensables para el mejor orden en el mecanismo de la administración constitucional. Una de esas reformas, la más importante sin duda y que es preciso plantear en nuestro sistema administrativo, es la que el gobierno recomendó (14/08/1867) en su iniciativa al Congreso  referente al establecimiento del Senado y que ha merecido la aprobación de la Comisión de la Cámara".

          Líneas adelante, el presidente Juárez explicó: "Comprendo perfectamente la prevención justa y fundada que ha habido en otros tiempos contra la institución del Senado; pero las circunstancias han variado completamente con la Reforma y no hay temor que las clases privilegiadas pretendan refugiarse en aquel cuerpo para contrariar los intereses dela sociedad".

          Y terminó con las siguientes palabras que habrá que tener muy en cuenta hoy en día: "Con el establecimiento de Senado, los estados tendrán una representación directa e igual en la formación de leyes, cosa que no sucede ahora habiendo una sola Cámara, porque haciéndose la elección por distritos hay estados que apenas tienen tres representantes, mientras otros cuentan con mayor número".

          Pero hay que reconocer junto al presidente Juárez, que en ocasiones comprendemos a la perfección "la prevención justa y fundada que ha habido en otros tiempos contra la institución del Senado", ya que en verdad, después de ser testigos de los desaguisados que se han dado en la Cámara de Senadores a partir de 2018, dan ganas de que estos políticos dejen de existir. Y es que en verdad resulta de pena ajena que un día aparezca una senadora portando una botarga como un acto de sustituir la falta de argumentos con un espectáculo circense, y otro día una senadora haga acto de presencia con un crucifijo en mano para exorcizar el recinto por la representación, según ella, de la Santa Muerte entre sus pares de Morena. O ya de plano, la aparición de un senador que con un acto de violencia física trató de imponer sus razones, mismas que más bien son sinrazones huecas de sustento ideológico y de propuestas programáticas en materia legislativa y de proyecto de Nación.

          En fin: mejor hay que decir como dijo el presidente Benito Juárez: "Las circunstancias han variado completamente".





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